lunes, 12 de junio de 2017

Y EL HOMBRE MALO DE LA PALA MURIÓ.

''Aun estoy flipándolo; hoy me he dado cuenta de que hay algo mas fuerte que un hombre malo con una pala: una buena mujer de corazón puro armada con una sonrisa amplia''

Esto rezaba hace unos días en mi perfil en una de esas redes sociales que millones de personas utilizan.

Y ese hombre malo al que el comentario se refiere, soy yo; la buena mujer de corazón puro armada con una sonrisa amplia es mi particular Hada Chalada de los Sueños.

Si, es para flipar, porque han sido muchos años de dejarme dominar por una parte mía que no mola, que sinceramente no gusta mucho y al que menos gusta es a mí.

Durante unos años la mantuve escondida, pero ahí estaba, por si alguna vez me hacia falta contar con ese hombre malo con una pala, sin darme cuenta de que ese personaje que había creado realmente no existia y en el fondo no era mas que una máscara, una armadura que me había puesto para disimular o al menos internar disimular que no soy mas que un hombre bueno (me tengo por buena persona) con miedo a que le hagan daño.
Y ese miedo me ha atenazado durante décadas, hasta que descubrí erróneamente que si te temen existen menos posibilidades de que te dañen....y era mentira, porque al primero que dañas es a ti mismo.

Y bajo esa máscara hice cosas que me avergüenzan, cosas por las que debería pedir perdón, cosas que jamás podré olvidar, que me atormentan...cosas muy feas en resumidas cuentas, que nunca jamás quiero volver a repetir, por ningún motivo.

Ese maldito hombre malo con una pala se adueñó de mi vida, secuestró mi alma y me engañó haciéndome creer que él me protegería a mi y a los míos, a los que quería, cuando lo único que pretendia era hacerse conmigo, me quería separar de ellos y por desgracia lo hizo.

Me separó de mi familia, de mi hermano Luis al que fui incapaz de perdonar, me alejó de mi hijo, lo que mas he querido en mi vida, para quien no supe ser un buen padre y privé del cariño que merecía en un intento de que fuese un hombre fuerte, otro hombre malo con una pala.
Me separó de amigos de toda la vida, de esos que mas que amigos son hermanos y a quienes no quise escuchar cuando me advirtieron de que ese hombre malo de la pala no traería nada bueno a mi vida. Me separó de una mujer difícil que me amaba con todo su ser y a quien en lugar de intentar comprender, tomé por el enemigo y como tal traté.
Me separó de mis creencias, de mi Dios engañándome para cambiar la Cruz por una imagen mía, seria, sin sonrisa y con una mirada llena de odio...y me hizo adorarla además de convencerme que los demás, quienes me quisieran debian adorarla tambien; ese hombre malo con una pala era el diablo.

Ese hombre malo con una pala, en definitiva, me separó de mi mismo, del Agus simpático que una vez fui, de ese que no tenía un humor ácido que la gente no sabe diferenciar si hablas en broma o en serio y juega a confundir adrede para marcar la linea que no se debe pasar; ese Agus cariñoso y que quienes conocieron entonces decían que de tan bueno casi parecía tonto (cuanto daño hizo esa frase mal entendida...).
Ese hombre malo con una pala casi me mata, en mas de una ocasión, literalmente.

Decía al principio de este tostón que lo mantuve escondido durante un tiempo y por desgracia hace poco abrí el frasco de veneno, la caja de Pandora, desaté la tormenta creyendo que podría cabalgarla; hasta que llegó ella, mi Hada Chalada de los Sueños y vio en mi el Agus que estaba casi muerto, vio mas allá de la fachada de odio que estaba volviendo a construir a mi alrededor, vio a ese alguien cariñoso que un día sonrío y que aun vivía escondido en mi, que luchaba por salir fuera y sobre todo y mas importante, me permitió mostrarme tal y como soy, aunque fuese solo con ella.
Y me quiso e hizo que desease ser mejor persona, que quisiese romper con el pasado para siempre, que volviese a nacer y me plantease cosas y metas en mi vida que había descartado hacía mucho tiempo, demasiado tiempo; trajo a mi vida paz, sosiego, cariño, ternura, un montón de sonrisas e incluso tuvo el atrevimiento de recordarme como era eso de sonreírle al mundo, en pocas palabras trajo a mi vida felicidad y esperanza, esa esperanza que perdí hace pocos meses.

Y por ella empecé a cambiar, me decidí a desterrar de mi vida tanto dolor, rabia y frustración acumulada para convertirla en paz, madurez, amor y felicidad...y la cosa pintaba bien, iba avanzando en esa guerra que había entablado conmigo mismo, con ese Hyde que intentaba dominarme; dejé costumbres como la de salir de casa con una falsa seguridad colgada del cuello o escondida en mi bolsillo (escondida pero no tanto, como una advertencia, una amenaza velada), dejé de ver a cualquiera como un enemigo, ya no quería comerme a quien, por error, me gastase alguna al volante, hasta trabajando baje la presión ejercida y descubrí que a veces mano izquierda te hace no usar la derecha.

Estaba contento y satisfecho de que poco a poco el hombre malo que tenia una pala reculase y fuese cada vez mas débil, sobre todo por que cuando ella me miraba, ese hombre malo de la pala era derrotado cada vez. En una ocasión incluso, cuando el hombre malo alzó la pala para descargarla con furia ciega, su consejo, su tranquilidad, su voz me dio fuerzas para tumbarlo de un solo golpe y dejarlo aturdido; menos mal, porque creo que ese día, el hombre malo con una pala me hubiese hecho suyo para siempre jamás.

Pero la guerra no había acabado, para nada, porque décadas de rabia, de posesión, no desaparecen tan rápido y en un descuido, ese maldito hombre malo que tenía una pala atacó, como y cuando sabia que podía obtener una victoria que le ayudase casi seguro a ganar la guerra: delante de ella y en un día delicado para los dos.
Atacó y me pilló desprevenido, con la guardia baja, le ofrecí la victoria casi en bandeja, me dejé ganar, por débil y estúpido, pero no estúpido en el tono cariñoso en el que ella me lo dice y me vuelve loco, estúpido de verdad, estúpido de burro, de gilipollas con todas las letras, en mayusculas y con lucecitas de neón: GILIPOLLAS!!!

Y ganó, claro que gano esa batalla, la derrota fue desastrosa, de hecho aun estoy haciendo un recuento de bajas y analizando los daños: sinceramente, estoy muy jodido.

Por suerte, no ha ganado la guerra, no. He sacado ese arma que guardaba poco escondida en mi armario, he vaciado su cargador de balas de fogueo que poco daño hacían al hombre malo de la pala, he juntado los ''te quiero'' de ella, sus caricias, su increíble y bella sonrisa, sus grititos de niña pequeña, sus besos que me curan el alma y ese gesto de encoger los hombros que me hace desear pedir su mano, los he apretado en mi puño con fuerza, mucha fuerza, tanta fuerza que me ha hecho sangrar al clavarme las uñas, he llenado el cargador con todo eso, he montado el arma y he gritado, de rabia, de dolor y de desesperación y he apretado el gatillo una vez, dos, tres, una y otra vez hasta que el percutor se ha quedado golpeando el vacío y ese hombre malo con una pala, ese puto, jodido y odioso hombre malo de la pala ha quedado tendido en el suelo, malherido, con su maldita vida escapando por los agujeros de bala, como una sangre negra y fétida, tan negra y fétida como la oscuridad que ha traído a mi vida; ahí está, tumbado en el suelo y a su lado tirada en el asfalto está una máscara que se parece a mi, pero mas feo.

Muerto no está, aún no, pero lo estará en breve, solo que me he quedado sin munición y tambien, para que negarlo, quiero darle el tiro de gracia sonriendo, sin odio, como ella me ha recordado que se hacen las cosas, simplemente con la satisfacción que da la victoria y la felicidad; quiero dárselo cogido de su mano, soltar la pistola y escapar con ella, donde elijamos, lejos de todo aquello que nos ha dañado a ambos, aunque sea lejos de personas que queremos pero que no son buenas para nosotros, viajar sin descanso y cuando lleguemos a nuestro destino buscar un punto muy alto, preferiblemente frente al mar y sin soltarnos de la mano gritar con fuerza: hombre malo que tiene una pala, jódete, soy libre, he ganado, te hemos derrotado, si has oido bien, te hemos derrotado los dos, ella y yo....y simplemente, seguir siendo felices.

Gracias mi Hada Chalada de los Sueños, mil millones de gracias por salvarme, por ser mi superheroina, mi mujer de verde que ha traído luz a mi vida, ojalá sigas haciéndolo día a día, para siempre y tambien perdona, perdona si te he hecho daño sin querer, si no he sabido mantener siempre altas, despejadas las estrellas y la luna para ti.

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