IMPERFECTO

El no era perfecto, lo sabia, lo asumía y la mayoría de las veces se sentía orgulloso de su imperfección.

Sus defectos, esas manías que todo el mundo tiene, esa dureza en la mirada, el semblante serio, el orden estricto en el que colgaba las camisas por colores en el armario, el llevar siempre a su derecha a la persona que amaba mientras paseaban, el no comer lácteos ni fruta a partir de las 19:00, o el conducir siempre con música eran rasgos de su personalidad que podían molestar a otras personas...y se la soplaba, se la soplaba mucho bastante.

En pocas palabras, le encantaba no ser perfecto, dusfrutaba y hacia alarde de sus taras.

Y un día, entró en su vida su imperfecta mujer perfecta y ella lo puso todo patas arriba; fue cuando el quiso ser perfecto, solo para ella, en exclusiva para su su Hada Chalada de los Sueños...y no pudo.

Sabía que no podía ser perfecto y ello le frustraba, intentaba controlarlo todo, dejar de.lado sus manías, cambiar todo lo que no le gustaba de si mismo e incluso mató al Hombre Malo con una Pala que por demasiado tiempo habitó en su interior.

Ni aun así fue capaz de alcanzar la perfección que buscaba para ella.

Y el asunto es que ella no era perfecta y en principio no quería un hombre perfecto a su lado (tenía un fallo de programación que le hacía sentir debilidad por hombres con algún tipo de pega...afición por rizar el rizo), pero el sabia que la perfección era lo que ella merecía.

Toda una vida al lado de gente imperfecta, familiares imperfectos, hombres imperfectos la hacían merecedora de algo de perfección, de algo de perfecta felicidad y el no ser capaz de conseguirlo, lo frustraba.

El solo quería ser su hombre perfecto, aquel que la cuidase perfectamente, que la amase perfectamente, que la hiciese reír con perfección, hacerle la vida perfectamente facil, darle una familia perfecta y todos los días cocinar algo perfecto para ella.

Porque ella era perfecta para él y quería corresponderla como se merecía, con un poco de perfección.