jueves, 30 de agosto de 2018

EN CASO DE AMOR O MUERTE.

-Enfermera, dígame que diagnóstico tenemos.

+Varón, de una edad indeterminada, su ficha médica apunta una fecha de nacimiento pero debe ser un error, dado el estado de su cuerpo y la fuerza de su espíritu.
Presenta un cuadro de déficit severo de amor, una grave falta de cariño y un índice en sangre muy alto de añoranza.

-Es preocupante enfermera, bastante preocupante.

+Si doctor, y por las cicatrices que  presenta, parece ser que no es la primera vez que se encuentra aquejado de este mal.

-Desde luego tenemos que actuar rápido y con un tratamiento de choque, porque además de estar tan débil, por todas las veces que se ha visto en este estado quizás no pueda recuperarse y lo que es seguro es que si logra sobrevivir, no podrá superar otro ataque como este; me temo que su corazón ha llegado a ese límite en que un daño más lo rompe y lo convierte en una piedra inmóvil.

+Que tratamiento debemos aplicar entonces?

-Pues una dosis justa de abrazos.

+Se curará con abrazos?

-Seguramente baste con uno, pero debe contener una dosis alta de amor; solo tenemos un problema y es que necesitamos una donante compatible, no sirve cualquiera.
La donante debe ser totalmente compatible, alguien que debe tener un corazón del mismo tamaño y sobre todo debe latir al mismo compás, al mismo ritmo. Sus brazos deben tener las mismas ganas de cerrarse sobre su cuerpo y las mismas pocas ganas de dejarlo escapar; debe querer hacer ese abrazo infinito, que dure para siempre, que nunca llegue a su fin, que sienta que ha tenido tanta suerte encontrandolo que perderlo sería algo sin sentido. Debe ser capaz de abrazar de tal manera que sus corazones se junten en uno solo, que el calor que emane de él quite el frío de inviernos pasados en los que las nubes siempre tapaban el sol; debe ser un abrazo que sane daños anteriormente sufridos y convierta en cicatrices cualquiera de las heridas del pasado que sigan sangrando aún. Debe ser capaz de dar un abrazo de amor, de esos que detienen las agujas del reloj, que hacen que en ese momento sólo existan en el mundo esas dos personas abrazadas, que consigua que esconder la cara en ese hueco entre la clavícula y el cuello haga que la palabra seguridad tenga sentido pleno.
No, no sirve cualquier abrazo, no sirve cualquier donante, ambos, abrazo y donante deben ser especiales, mágicos, únicos, perfectos dentro de su imperfección, como el amor que vive en el acto de curar.

+Pues entonces doctor, creo que curar al paciente será imposible, va a ser muy dicifil encontrar la donante perfecta.

-Mire usted entre las pertenencias del paciente, pues normalmente, quien ya ha sufrido antes este mal, sabe donde está su sanadora, sabe dónde está la magia que le puede hacer sobrevivir al siguiente ataque.

+Déjeme que mire a ver....si, aquí tiene su teléfono móvil, miraré por si tuviese algún contacto marcado como tal...si, doctor, aquí hay un contacto marcado como  "llamar en caso de amor o muerte", pero es un prefijo del extranjero, de Luxemburgo para ser más exactos.

-Pues llame, llame cuanto antes porque no sabemos cuanto le queda y solo su abrazo puede salvarlo.

Abrazos que salvan en caso de amor o muerte.

miércoles, 29 de agosto de 2018

EL HUECO EN MI PECHO

Tengo un hueco en mi pecho,
aquí debajo,
protegido por mis huesos,
junto a mi corazón.

Tengo un hueco dentro del pecho donde cabe un alma más,
donde cabe un sueño más,
donde hace calor en invierno,
donde se soplan las nubes para ver sonreír al sol.

Tengo un hueco vacío en el pecho,
un hueco que es una habitación amueblada,
para ti,
donde cabe tu alma,
tu risa,
tu aroma,
tu genio,
tus manos sobre mi espalda,
tu aliento empañando mis gafas.
tu ilusión y tu esperanza.
y por supuesto esa niña que llevas dentro;
cabe ella con su mochila de unicornio, con su patito de goma para el baño, con sus patines y las muñecas con las que juega.

Tengo un hueco en mi pecho, en mi vida, donde cabe un alma más, que la mía echa de menos la tuya y tiene ganas de juguetear.

martes, 28 de agosto de 2018

REGALOS CRUZADOS.

No eran amantes, eran mucho más que amigos, menos que enemigos, casi la mitad de novios, el doble de colegas y casi un tercio de pareja.

Tenían derecho a todo, pero no se permitían nada.

No querían algo serio pero necesitaban morir juntos.

No se lo decían nunca pero se querían todo el tiempo.

Se acababan de conocer hacía un año eran parcialmente diferentes, casi nada iguales y totalmente imbéciles e invencibles.

No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura.

El era dueño de sí mismo, ella una niña insegura.

Sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas hechas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando en la misma dirección.

Cortado y pegado de un cruce de textos que más que letras juntas son regalos de esos que no necesitan papel bonito ni lazos, son preciosos de por sí.

LA CHICA DE ORO.

Y resultó que ella,

que era la chica de oro,

no necesitaba un trono ni nadie que le llamase princesa;

ella era la joya de la corona

y a pesar de tener tan alto valor,

lo único que le sacaba esa sonrisa especial

era saber que para él

era la reina de su vida.

lunes, 27 de agosto de 2018

ALAS.

Y por fin, después de años de intentar conseguirlas, han brotado las alas en mi espalda.

Han salido las alas para volar, volar lejos de mi hogar, donde me lleven el viento y mis sueños.

Alas para hacerme volar allí donde crea que reside mi felicidad  allí donde encuentre tranquilidad y sustento, y algún día, quizás me lleven al lugar donde plantar mi nido.

Por fin tengo mis alas y queda ya poco tiempo para acercarme al borde del precipicio y saltar al vacío; poco tiempo para que en mitad de la caída se desplieguen y me hagan remontar el vuelo.

Se abrirán y volarë los más cerca del sol que pueda, sin miedo a que se derritan coma aquellas de Ícaro, ya que las mías no son de cera, son alas de ilusiones, esperanza, valentía, felicidad y amor.

Esperemos que en el momento del despegue, este desasosiego desaparezca y disfrute del vuelo, del viaje y del destino.

domingo, 26 de agosto de 2018

UNA Y OTRA VEZ.

Pues si, te echo de menos una barbaridad.

Me muero por tenerte cerca, por cogerte, por mirarte, por oírte, por olerte, por rozarte, por abrazarte, por agarrarme de tu mano y jugar con esos dedos tuyos, porque mi pecho descanse en tu espalda o viceversa, por ver como se te cierran los ojos como un bebé mientras te masajeo las piernas y los pies, por verte mover los labios mientras me cuentas algo y yo solo puedo pensar en lo preciosa que eres y en lo mucho que te quiero, por patinar mis labios por tu nuca y mi lengua por tu espalda, por perderme entre tus piernas y bucear en tu intimidad, por conducir contigo en el asiento del copiloto y confundir tu rodilla con el cambio de marchas, por escribirte unas líneas tumbado en tu cama mientras te desmaquillas en el baño, por sentir el eco de tu risa en mi pecho y hacer que mi corazón se acompase con cada carcajada de tu garganta, por besarte los labios y llenarme los pulmones con tu aire.

Y si, por supuesto que también me muero de ganas de hacer el amor contigo.

Como dice Manuel Medrano, una y otra vez.

viernes, 24 de agosto de 2018

SECRETOS.

Te aviso que tengo secretos, unos cuantos secretos, cosas que no conoces de mi.

Tengo secretos, secretos oscuros de mi pasado, que alimentan mis demonios internos, que me acechan no solo de noche, que hicieron de mi el hombre que ya no soy, que me hicieron ir a la sección de ferretería de Hipercor a comprar una pala resistente, la pala que encadené a mi alma durante demasiado tiempo; la misma pala que enterré en el desierto, con mis propias manos que aún guardaban aroma a ti.

Tengo secretos oscuros que cada día entierro y olvido a base de besos, del recuerdo de tu cuerpo pegado al mío en abrazos que paran el tiempo, del amor que plantaste en mitad de mi pecho y que cada día florece y busca el sol de tu sonrisa, como los mágicos girasoles que cubren tus ojos en esa foto en que no eres tú.

Tengo secretos, aun más peligrosos que los anteriores, de los que deben dar miedo a depende que personas; secretos de los que hacen temblar las piernas., que ponen un nudo en la garganta y crean un vacío en el estómago, ya sabes, ese miedo que te entra cuando estás a punto de hacer lo correcto.

Porque es secreto mi forma de bailar, es secreto que me encanta hacerlo y que dicen que no lo hago mal; es secreto que que no necesito un motivo para tener un detalle, aunque sea de miles de euros, o de apenas unos céntimos.

Es secreto y que nadie se entere, que me cuesta soltarme en la cama, que me gusta aprender a quien amo e ir conociendo sus reacciones a mi forma de amarla; es secreto que tardo cierto tiempo en darlo todo de mi sobre unas sábanas y que conforme pasan el tiempo, las caricias, los besos y el placer, doy más de mí bajo la premisa de que hago el amor, no follo.

Es un secreto que cambió pañales, calmo llantos, preparo papillas y duermo bebés como nadie, que se me cae la baba con pequeños seres sonrosados y gordetes y que no me importa hacerlo a cualquier hora del día o de la noche, que ser padre no es sólo un apunte en el libro de familia y haber contribuido con un poco de fluidos y espermatozoides; es un secreto callado a voces que me encantan los niños.

Secreto es el que soy un bromista, que tengo un sentido del humor particular, que me río, que cuento chistes, que me vuelven loco las batallas de almohadas, las guerras de cosquillas, disparar con el envoltorio de las pajitas de la coca cola de McDonald's; secreto es que a veces, quien me acompaña dice "yo no lo conozco, tierra trágame" entre carcajadas.

Es un secreto apenas conocido, las 8493 maneras distintas que tengo de pasear la yema de mis dedos, los 5297 modos distintos de besar, las 86 variantes en las que puedo soplar, sobre una piel que ojalá fuese la tuya; es secreto y seguro que no lo sabes, que por la noche huelo tu pelo y a la mañana siguiente, al despertar, lo vuelvo a hacer para comprobar si su aroma a paz sigue siendo el mismo.

Es un secreto y de los más callados, que soy capaz de llorar a mares y reír como un loco al mismo tiempo y que cuando lo hago es porque el pecho no me aguanta tanta felicidad ahí dentro, porque o lo hago o exploto.

Es un secreto, y es el último que te desvelo, que tú has sido la artífice de que mis sonrisas sean perennes, de tener yo también un catálogo de sonrisas que, aunque sea infinitamente menor que el tuyo, tenga una de ellas para cada manera de pensarte, de verte y de sentirte.

Tengo secretos, aun más secretos, de esos que si descubres, día a día, poco a poco, detalle a detalle, serán los culpables de que no me quieras soltar a mi y si todos los lastres que arrastras, que pueden hacer que si los desvelas tus dudas no tengan cabeza donde vivir ni tus miedos pecho donde esconderse como cobardes; tengo secretos, bastantes más secretos, que si te los voy mostrando te enfadarás contigo misma por todo el tiempo que hemos perdido decidiendo si ser felices o tener miedos...como dos tontucios.

NO SOY UN GATO.

No, no soy un gato, ni creo en la reencarnación, es por eso que no voy a tener opción de equivocarme en la vida y poder enmendarlo en otra ocasión; es por eso que el tiempo que consumo, que utilizo en vivir, en respirar, en mirar las cosas que amo y a las que dedico mi alma no lo voy a recuperar.

No me van a quedar otras seis vidas en las que no cometer errores de otras anteriores, solo tengo una.

Solo tengo una y quiero pasar el resto de ella viendo tu cara al despertar, o tu nuca, esa nuca que me pide un beso y un mordisco cada vez que se pasea ante mis ojos.

Solo tengo esta y quiero escribir las páginas que queden de mi libro cogido de tu mano, dejándote escrita en cada hoja y que cada día al ponerse el sol sobre nosotros sea un final feliz.

No voy a volver a nacer y empezar de nuevo, ni quiero hacerlo, pero si que quiero que cada día renazca este amor que te tengo, que nos tenemos; que nazca cada día y entre los dos lo hagamos crecer a base de risas, de besos, de bromas, de mirarnos a los ojos en silencio diciéndonos todo tan solo con el baile de nuestras pupilas; que crezca cada día mientras bailamos, mientras rodamos juntos por carreteras nuevas, mientras dejamos candados con nuestro nombre en todos los puentes que crucemos y que sellemos nuestro paso por ahí con un beso y un abrazo con los que solo nosotros, tu y yo, sabemos parar el mundo

No, no soy un gato aunque siempre caiga de pie y aún así, a pesar de tener solo una vida, quiero que sea tuya, sabiendo que no la voy a recuperar.

jueves, 23 de agosto de 2018

COMO LOBOS.

Ninguno de los dos estaba cómodo con su papel. 


Ella estaba cansada del rol de niña buena e inocente que debe ser salvada, aunque la realidad es que cuando vestía esa caperuza de color rojo no era tan inocente. 


Él andaba más que hastiado de esa imagen que tenía todo el mundo de él: un hombre que se dedica a matar y cuyo comportamiento era serio y recto. 


Ambos envidian al lobo, su libertad, su vida llena de aventuras, su manera de correr por el bosque. 


Entonces, en mitad de ese bosque que tan bien conocían, durante un encuentro casual, se miraron a los ojos y decidieron hacerlo. 


Ella se deshizo de esa caperuza roja que tanto había significado en su vida pero que tan esclava le había hecho; cogió la dichosa cesta que tanto le pesaba y se comió todo el chocolate que había en ella y después la dejó sobre las aguas del río para verla desaparecer flotando. 


Él tiró su escopeta, la cartuchera, el cuchillo que siempre llevaba al cinto y con todo ello cerró la puerta de su vida anterior, esa en la que cruzar los brazos y estar siempre serio era prácticamente una obligación. 


Se cogieron de la mano y echaron a correr por el bosque, riendo y saltando desnudos y al mismo tiempo que lo hacían el pelo comenzó a cubrir sus cuerpos, sus manos y pies se convertían en patas con garras, sus dientes crecieron...para comerse mejor...y cuando se dieron cuenta de que se habian convertido en una pareja de lobos, se pararon jadeando, se abrazaron para sentirse el uno al otro y se dijeron al oido: por fin podemos ser nosotros mismos. 


Y después aullaron a la luna por primera vez. 

viernes, 17 de agosto de 2018

PASOS.

Hay un camino para cada persona y el tuyo te conduce a mi,

al igual que el mío lleva mis pasos hasta tu piel,

hasta el borde de tu cama,

que huele a salitre y pino,

a jazmín y flor de galán de noche.

como las blancas callejuelas de los pueblos del sur,

aquellos en los que nos perdíamos de noche en verano,

riendo sin parar,

como dos niños felices por no saber donde están,

hasta que el fresco te hacía cobijarte en mi pecho y bajo mis brazos,

hasta que la luna te hacía lucir aún más bella de lo que lo hace el sol del amanecer,

ahí, sobre la cama.

jueves, 16 de agosto de 2018

TRES POR ENCIMA DE TODOS.

El no se escondía, decía claramente que en su vida había abrazado mucho, había tenido entre sus brazos no pocos cuerpos y había disfrutado de la sensación que da la cercanía de un cuerpo apretado contra tu pecho y enlazado por tus brazos.

A pesar de ello, a pesar de que guardaba buen recuerdo de cada uno de esos abrazos, habían tres de ellos que eran joyas que escondía en esa caja fuerte que era su corazón; tres abrazos que marcaron su vida y que dudaba mucho pudieran ser superados, aunque le encantaría tener la suerte de que abrazos venideros dejasen a estos como simples caricias.

Habían tres abrazos, que curiosamente venían del mismo cuerpo y de los mismos brazos, que cuidaba como quien cuida lo más preciado que jamás un hombre pudo tener.

El primero de ellos lo dejo plantado allí donde se lo dieron, él de pie y ella sentada en la bancada del lavabo del cuarto de baño de una habitación de hotel, allí  completamente desnudos y apenas sin haber dejado de jadear, después de días sin verse que le parecieron años; un abrazo que le pillo por sorpresa pero que puso un nudo en su garganta por lo esperadamente inesperado que fue y es que ella sumó a ese intenso abrazo un primer "te quiero", de esos que salen de más adentro del corazón, de esos que son tan deseados que no confías que nunca se vayan a pronunciar.

Ese abrazo y esas palabras benditas las acompañó de unas lágrimas que rodaron por sus mejillas, lágrimas de emoción y también, porque no decirlo, de alivio al derramarlas sin poder contenerlas y en ese mismo instante él supo que querría a esa mujer de por vida, que nada sería capaz de borrar ese instante de su memoria y que por fin había llegado al destino que siempre había buscado y perseguido; él supo entonces que su corazón le pertenecería a ella hasta el día en que cerrase los ojos.

El segundo de esos tres abrazos, se produjo meses después, tras la tormenta que los separó temporalmente y fue un abrazo de reconciliación, de pedir perdón, de sosiego, de disculpa y olvido del mal, de "nunca jamás, por favor", de haber estado perdidos el uno sin el otro, de alegría por el reencuentro, de felicidad al poder sentirse tan cerca de nuevo, de "somos dos estúpidos", de haberse echado de menos y nunca de más, y sobre todo de "no me sueltes porque yo no quiero soltarte', un abrazo de haber salido el sol a pesar de las nubes; en definitiva un abrazo de paz de esos que generan tranquilidad y son descanso para el alma.

Un abrazo que seguro ninguno de ellos soñó que se produjese, pero a veces los milagros suceden y lo que sentían el uno por el otro, era milagroso, mágico e inigualable.

El tercero de esos abrazos que tatuaron su alma, se produjo unos meses más tarde, sobre una cama, mientras la luz de las velas iluminaba apenas sus cuerpos desnudos enroscados el uno alrededor del otro.

Y ese sí, a él le encontró desprevenido por totalmente inesperado, por esa fuerza que ella imprimió a ese gesto tan habitual entre ellos y es que si sus abrazos eran siempre especiales, este fue simplemente sublime.

En mitad del amor, ella lo atrajo acercando sus cuerpos vestidos únicamente de amor y sudor, lo atrajo con fuerza, con una fuerza que el no había conocido jamás entre ellos, que lo dejó inmóvil y que en lugar de ir suavizándose cobraba más fuerza a medida que transcurrían los segundos.

Y en mitad de ese abrazo en el que ella parecía querer fundir sus cuerpos en uno hasta que sus almas se pudiesen tocar, él supo que había vuelto a suceder, que después de esto, nada ni nadie podría hacer que dejase de amarla, como jamás había amado a nadie y como nunca sería capaz de amar a nadie más que no fuese un hada, su hada particular que era la reina de sus sueños, por muy chalada que estuviese.

Fue un abrazo de rendición, al menos por su parte, ya que aunque había luchado por no volver a enamorarse de ella, hay sentimientos que traspasan cualquier razón, cualquier rencor y sobre todo, cualquier miedo o duda.

Fue un abrazo de entrega, de bajar los puños y abrir los brazos, de amor, de simple y puro amor; un abrazo de "ya estoy en casa porque tu alma es mi hogar, tú mi familia y nunca jamás pienso irme"

Son tres sobre el resto, sobre los muchos abrazos dados y disfrutados, tres abrazos que le permiten a uno morir tranquilo por haber conocido el amor, ya que esos tres, solo esos, más que abrazos eran el amor hecho caricia.

FREEDOM, HAPPINESS & GASOLINE.

"Freedom is a full tank" y si, quizás la frase tenga razón y la libertad sea un depósito lleno para rodar, solo, en libertad, pero es que hay veces que la libertad te la de un tanque lleno, pero la libertad y la felicidad te la regalen dos, dos depósitos llenos hasta arriba.

Y es que para que rodar sólo si puedo rodar en compañía?

Para que sentir el viento en mis brazos pudiendo verlo escaparse de ellos a tu cuerpo para juguetear con tu ropa mientras acaricia tu cintura?

Y es que el paisaje que disfrutas mientras sigues la negra cinta de asfalto siempre será mejor si entre el horizonte y mis ojos estás tú en medio, si cuando miro las montañas al fondo, mis ojos se paran unos segundos sobre esa preciosa piel de tus piernas y me entretengo con los muñecos pintados que habitan esas dos columnas entre las que me gusta esconderme cada noche.

Porque cada ruta terminada, cada lugar visitado, cada curva tomada siempre tienen más alegría si las vivo contigo y si las comentamos relajados al caer el sol.

Si, la libertad te la puede dar un tanque lleno de gasolina, pero au que a veces necesitemos vaciarlo con la sola compañía de nuestros pensamientos, es todo un placer el compartir esa libertad, con esa persona que te saca una sonrisa.

sábado, 11 de agosto de 2018

LA ETERNIDAD DE UN SEGUNDO.

La gente pasaba a su alrededor, era un sábado tarde al uso en cualquier hipermercado.

Habían pasado el día juntos y ahí estaban los tres, ella, su pequeño y él, que era el único invitado a esa fiesta.

Era una escena que por más que cotidiana pasaba desapercibida a quien fuese, algo tan sumamente normal a los ojos de la mayoría que nadie diría que era motivo de felicidad.

Y sin embargo él era feliz en ese preciso momento, con esa situación.

Vivía la fantasía de que eran una familia corriente que había pasado el día disfrutando en la ciudad y se disponía a comprar lo que faltaba para la cena; una cena para tres, con sofá y película incluidos.

Lo que viene a ser una cena en familia de cualquier sábado noche.

Ella hablaba como si tal cosa sin percatarse de que él no la escuchaba, tan sólo bebía sus palabras, se comía su rostro con los ojos mientras distraídamente ella apoyaba su cuerpo al cogerlo por el hombro.

Y Le besaba en la mejilla, con fuerza, con esa fuerza que da el estar indescriptiblemente a gusto.

Y el disfrutaba como un adolescente lo hace la primera vez que roza otra piel.

Hablaban de cosas sin importancia, pero él no estaba en la conversación; él recolectada cada minúsculo detalle de ese momento para que nunca jamás cayese en el olvido.

Y entonces ella lo cogió de la mano, con total normalidad, como si ese momento se repitiese varias veces a la semana, como si de verdad fuesen una pareja y el conjunto de todos ellos una familia.

Cogió su mano y juguetearon con sus dedos mientras la conversación seguía siendo igual de cotidiana y normal.

Y en ese momento, él miro a su alrededor, miró al pequeño, la miro a ella directamente a sus ojos oscuros y miro de reojo sus manos entrelazadas...

Y justo en ese momento, deseó que el mundo dejase de girar y que ese segundo fuese eterno.

martes, 7 de agosto de 2018

DISCULPAS SIN ÁNIMO DE ENMIENDA.

Lo siento, te debo una disculpa, un pedirte perdón, por el simple y sincero hecho de haberme enamorado de ti.

Debo decir que siento el querer tenerte en mi vida para siempre, a mi lado, no delante ni detrás, tampoco arriba ni abajo, simple y llanamente a mi lado, y no solo de manera física, si no también emocional; a mi lado, como iguales, hombro con hombro y alma con alma.

Discúlpame por quererte de la única manera en que sé hacerlo cuando pongo mi corazón en las manos de quien mueve el suelo bajo mis pies con solo una caricia, un beso o algo tan usual y cotidiano como una sonrisa.

Perdóname por saber diferenciar entre amarte y que seas un capricho, un trofeo, un entretenimiento o un animal de compañía; por tener claro y demostrarte todo lo que me dejas, lo que es la entrega, la compañía, la paz, las risas, la complicidad y el respeto aún cuando mezclamos saliva, sudor y fluidos envueltos en amor.

Disculpa por ser lo que nunca has tenido antes, por no parecerme ni pretender hacerlo a quien antes pasó por tu vida, por tu corazón y por tu cama, por ser tan distinto a todos ellos que desconfíes ante lo desconocido, por ser tan yo que a veces la perplejidad te invada al sentirte cuidada, una vez más, de la única  y exclusiva manera en que sé y quiero hacerlo.

Perdón por quererlo todo contigo, por sentirme en casa cuando me abrazas, estemos donde estemos, por que tu voz sean las vitaminas que me empujan cada día, por que el café de tus ojos sea el único que me quite el sueño y tu pecho la almohada donde querer dormir cada noche.

Así que por todo esto y millones de cosas más, perdón, discúlpame, lo siento, pero he de decirte que no me arrepiento, que volvería a hacerlo, en esta vida y en cualquier otra que nos tocase vivir.

TEMBLAR.

Él temblaba solo de pensar en ella.

Temblaban sus manos la primera vez que la tocó, temblaban sus labios la primera vez que se posaron sobre su piel, tembló su cuerpo la primera vez que se amaron, como seguían temblando sus almas cada vez que sus cuerpos se juntaban desnudos.

Le temblaba la voz con cada "te quiero" que le dedicaba casi con devoción religiosa, como también temblaba su corazón al oírselo pronunciar a ella.

Le temblaban las pupilas cada vez que la veía sonreír, cada vez que la veía moverse, cada vez que le caía la ropa y su bella y pintada piel quedaba al desnudo.

Y ella también temblaba.

Temblaba de satisfacción cada vez que escuchaba su voz tranquilizadora, temblaba de emoción, casi infantilmente, cada vez que lo veía aparecer después de tiempo separados, en ese preciso momento en el que caía en la cuenta de cuanto lo había echado de menos, como si la añoranza se le amontonase en unos pocos segundos.

Temblaba al salir de casa y saberse cuidada, al saber que sería cuidada al regresar, al saberse pensada en cualquier momento del día, al saber que nunca estaría sola, ni siquiera cuando su miedo hiciese todo lo posible por apartarlo de ella.

Temblaba de manera especial cada vez que buscaba unas letras suyas, con avidez, casi con la dependencia de un adicto a ciertas sustancias y es que leerlo le daba ese placer, esa paz que da el recibir su dosis diaria de droga.

Temblaba él, temblaba ella, pero también temblaban juntos, porque jamás nadie tembló como cuando ellos se abrazaban, jamás nadie sintió moverse su pecho como se movían los suyos cuando unían sus cuerpos y se enlazaban con los brazos; temblaban por dentro, temblaban sus almas como tiemblan las estrellas cuando las miras en una noche calurosa, temblaba hasta el suelo bajo sus pies, temblaba tanto que en lugar de soltarse se apretaban aún más el uno al otro, deseando que ese abrazo fuese eterno por el placer de sus temblores.

Y es que la vida, su vida, debería medirse en temblores en lugar de días o años.

domingo, 5 de agosto de 2018

VIVIMOS CON EL ALMA EN LOS LABIOS.

Y vivimos con el alma en los labios, con la piel de gallina, con el corazón partío y los ojos cerrados.

Con los puños apretados, cansados de abrir los brazos y que queden vacíos; con las sábanas mojadas en camas con ausencias, con un cigarro humeante en nuestra boca, que debiera estar ocupada por otra boca...o por otros labios, ya sabes a que me refiero.

Vivimos con el alma en los labios por no saber donde esconderla, a fuerza de que no quepan más cicatrices en ella y decidamos cambiarlas por otras en la espalda, de uñas pasajeras, mordiscos de dientes de una noche.

Vivimos con el alma en los labios porque lo que más felices nos hace, más tranquilidad nos trae, eso que nos pone una sonrisa en la cara sin importar la hora del día, eso, es lo que más pánico nos da, porque por miedo a perderlo no sabemos conservarlo.

Vivimos con el alma en los labios a fuerza de decepciones, de amores imposibles en vidas imperfectas.

Pequeño homenaje a la página de Facebook "el alma en los labios", por las cosas bonitas que nos brinda cada día desde su muro.