No, no soy un gato, ni creo en la reencarnación, es por eso que no voy a tener opción de equivocarme en la vida y poder enmendarlo en otra ocasión; es por eso que el tiempo que consumo, que utilizo en vivir, en respirar, en mirar las cosas que amo y a las que dedico mi alma no lo voy a recuperar.
No me van a quedar otras seis vidas en las que no cometer errores de otras anteriores, solo tengo una.
Solo tengo una y quiero pasar el resto de ella viendo tu cara al despertar, o tu nuca, esa nuca que me pide un beso y un mordisco cada vez que se pasea ante mis ojos.
Solo tengo esta y quiero escribir las páginas que queden de mi libro cogido de tu mano, dejándote escrita en cada hoja y que cada día al ponerse el sol sobre nosotros sea un final feliz.
No voy a volver a nacer y empezar de nuevo, ni quiero hacerlo, pero si que quiero que cada día renazca este amor que te tengo, que nos tenemos; que nazca cada día y entre los dos lo hagamos crecer a base de risas, de besos, de bromas, de mirarnos a los ojos en silencio diciéndonos todo tan solo con el baile de nuestras pupilas; que crezca cada día mientras bailamos, mientras rodamos juntos por carreteras nuevas, mientras dejamos candados con nuestro nombre en todos los puentes que crucemos y que sellemos nuestro paso por ahí con un beso y un abrazo con los que solo nosotros, tu y yo, sabemos parar el mundo
No, no soy un gato aunque siempre caiga de pie y aún así, a pesar de tener solo una vida, quiero que sea tuya, sabiendo que no la voy a recuperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario