jueves, 28 de diciembre de 2023

GRACIAS DE CORAZÓN.

Gracias señores.

Muchas gracias por no saber valorarla, por desperdiciar cada minuto que pasó a vuestro lado y no darle el amor y atención que ella merece.

Gracias por negar la suerte que tuvisteis cada vez que teniais acceso a acariciar su piel, a retirar un mechon de pelo de su cara y asi poder admirar unos ojos que te miran siempre directos, frios o dulces, depende lo que merezcas.

Os doy las gracias por quemar cualquier posibilidad de ser dignos de ella y de cada momento de su vida que os dedicó, pensando que erais el indicado, quien al fin daría la talla de pasar a su lado 24 horas mas cada vez que el reloj se ponía a 00:00.

Muchas pero muchisimas gracias por darme la oportunidad de besar no solo sus labios, sino cada centimetro de esa piel que viene marcada por las cicatrices y los idiotas que la vida le puso delante, porque sus dedos jueguen con los mios mientras hablamos, porque el suelo tiemble bajo mis pies cuando la veo acercarse y me ilumina con su sonrisa o porque sus brazos, su cuerpo y ese calor interior suyo reseteen mi vida cada vez que me abraza.

Mis mas sinceras gracias, de corazón.

lunes, 25 de diciembre de 2023

CORRER.

Correr.

Huir sin mirar atrás, o mirándo tal vez de reojo.
Escapar de lo que te ahoga en ese preciso momento.

Dejar atras tus miedos o tan solo alejarlos un poco de ti.
Buscar un poco de aire.
Un respiro.
Un punto donde subir bien alto y gritar.
Gritar hasta que no quede aire en tus pulmones.
Y sacarlo todo.
Tu rabia.
Tu frustración.
Tus fantasmas.
Y sobre todo tu miedo.
Ese puto miedo.

Corrar hasta que te duelan las piernas.
Hasta que tus pulmones sean de fuego.
Aunque no puedas apagarlos con las lagrimas que corren, que también corren por tus mejillas.
Escapando de tus ojos.
Igual que tú escapas de ti mismo y ese vacio que sientes dentro.

Correr, sin parar.
Huir, escapar.
De todo, de todos.
De nada, de nadie.

Simplemente correr.
Igual que corres tú.

CAUSALIDAD.

Llegaste por casualidad.
Fue ella, la casualidad la que te puso un dia delante mía.

Tan joven, tan radiante, con un toque de timidez.
 Una chispa en esos ojos que miran directo
Y esa belleza que años después solo es eclipsada por el brillo de esa sonrisa tuya.

De la mano equivocada.

Fue ella, la casualidad la que te volvió a poner delante mio años después.
Menos joven pero tan radiante como siempre.
Con esa timidez tuya un poco cambiada.
Esa chispa en esos mismos ojos que miraban igual de directos.
Y la misma belleza atemporal que seguia siendo eclipsada tan solo por esa preciosa sonrisa tuya, que ahora incorporaba una sombra.

Y el suelo tembló bajo mis pies como la primera vez que te vi.

De la mano equivocada, una vez más.

La casualidad fue la que hizo que durante años no coincidiéramos solteros a la vez y en el corto espacio de tiempo que lo hizo,
el miedo, ese puto miedo a cagarla me hizo esconderme y desaparecer 

Fue la casualidad la que nos tuvo yendo y viniendo, 
sin que la vida nos trasase bien a ninguno de los dos, 
haciendo que por mi parte fuese imposible dejar de pensar en tí,
sin saber que eras quien siempre necesité encontrar.

Ambos de la mano equivocada.

Ahora ambos hemos coincidido,
con la mano vacía de otras manos pero con el corazon lleno de cosas bonitas,
con ganas,
con sueños,
con necesidad de paz.
Tú, tan radiante como siempre,
con la sombra de tu sonrisa un poco mas grande,
pero con la misma chispa preciosa en los ojos.
Pero haciendo moverse el suelo bajo mis pies como todas las veces que te vi.

¿Será por casualidad o quizas por causalidad?