viernes, 24 de agosto de 2018

SECRETOS.

Te aviso que tengo secretos, unos cuantos secretos, cosas que no conoces de mi.

Tengo secretos, secretos oscuros de mi pasado, que alimentan mis demonios internos, que me acechan no solo de noche, que hicieron de mi el hombre que ya no soy, que me hicieron ir a la sección de ferretería de Hipercor a comprar una pala resistente, la pala que encadené a mi alma durante demasiado tiempo; la misma pala que enterré en el desierto, con mis propias manos que aún guardaban aroma a ti.

Tengo secretos oscuros que cada día entierro y olvido a base de besos, del recuerdo de tu cuerpo pegado al mío en abrazos que paran el tiempo, del amor que plantaste en mitad de mi pecho y que cada día florece y busca el sol de tu sonrisa, como los mágicos girasoles que cubren tus ojos en esa foto en que no eres tú.

Tengo secretos, aun más peligrosos que los anteriores, de los que deben dar miedo a depende que personas; secretos de los que hacen temblar las piernas., que ponen un nudo en la garganta y crean un vacío en el estómago, ya sabes, ese miedo que te entra cuando estás a punto de hacer lo correcto.

Porque es secreto mi forma de bailar, es secreto que me encanta hacerlo y que dicen que no lo hago mal; es secreto que que no necesito un motivo para tener un detalle, aunque sea de miles de euros, o de apenas unos céntimos.

Es secreto y que nadie se entere, que me cuesta soltarme en la cama, que me gusta aprender a quien amo e ir conociendo sus reacciones a mi forma de amarla; es secreto que tardo cierto tiempo en darlo todo de mi sobre unas sábanas y que conforme pasan el tiempo, las caricias, los besos y el placer, doy más de mí bajo la premisa de que hago el amor, no follo.

Es un secreto que cambió pañales, calmo llantos, preparo papillas y duermo bebés como nadie, que se me cae la baba con pequeños seres sonrosados y gordetes y que no me importa hacerlo a cualquier hora del día o de la noche, que ser padre no es sólo un apunte en el libro de familia y haber contribuido con un poco de fluidos y espermatozoides; es un secreto callado a voces que me encantan los niños.

Secreto es el que soy un bromista, que tengo un sentido del humor particular, que me río, que cuento chistes, que me vuelven loco las batallas de almohadas, las guerras de cosquillas, disparar con el envoltorio de las pajitas de la coca cola de McDonald's; secreto es que a veces, quien me acompaña dice "yo no lo conozco, tierra trágame" entre carcajadas.

Es un secreto apenas conocido, las 8493 maneras distintas que tengo de pasear la yema de mis dedos, los 5297 modos distintos de besar, las 86 variantes en las que puedo soplar, sobre una piel que ojalá fuese la tuya; es secreto y seguro que no lo sabes, que por la noche huelo tu pelo y a la mañana siguiente, al despertar, lo vuelvo a hacer para comprobar si su aroma a paz sigue siendo el mismo.

Es un secreto y de los más callados, que soy capaz de llorar a mares y reír como un loco al mismo tiempo y que cuando lo hago es porque el pecho no me aguanta tanta felicidad ahí dentro, porque o lo hago o exploto.

Es un secreto, y es el último que te desvelo, que tú has sido la artífice de que mis sonrisas sean perennes, de tener yo también un catálogo de sonrisas que, aunque sea infinitamente menor que el tuyo, tenga una de ellas para cada manera de pensarte, de verte y de sentirte.

Tengo secretos, aun más secretos, de esos que si descubres, día a día, poco a poco, detalle a detalle, serán los culpables de que no me quieras soltar a mi y si todos los lastres que arrastras, que pueden hacer que si los desvelas tus dudas no tengan cabeza donde vivir ni tus miedos pecho donde esconderse como cobardes; tengo secretos, bastantes más secretos, que si te los voy mostrando te enfadarás contigo misma por todo el tiempo que hemos perdido decidiendo si ser felices o tener miedos...como dos tontucios.

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