jueves, 22 de junio de 2017

IMPERFECTA.

Ella no era perfecta, tenía sus manías, sus defectos, sus preferencias y su genio, pero el tampoco buscaba la perfección el día que le dijo que se había enamorado de esa preciosa sonrisa.

De que no era perfecta tambien era consciente ella y por eso no paraba de recordárselo a el, de avisarle de su volatilidad emocional, de su inestabilidad de animo y de su orgullo, pero a el le daba igual, asumía el pago de ese peaje porque al fin y al cabo, el no quería la perfección, solo la quería a ella.

Y a pesar de su genio, de sus días regu, de esa manía por organizar la vida de quienes estaban a su alrededor como si fuese un sargento de caballería, el la quería día a día, a cada segundo que pasaba la quería mas y no menos como por desgracia suele pasar hoy en día en esta sociedad en la que el mas mínimo fallo nos hace pedir el libro de reclamaciones y exigir la garantía del producto...aunque hablemos de personas y sentimientos.

No, esta claro que ella no era perfecta, ni lo pretendía, pero claro, el tampoco y además de no serlo, el tenía bien claro que la perfección no existe y que lo mas parecido a ello era un te quiero sincero, una caricia involuntaria y un beso a escondidas antes de cerrar los ojos.

Ella no era perfecta y en eso residía gran parte de su perfección.

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