jueves, 22 de junio de 2017

SALVARLA.

La noche de ayer el cielo se quebró en llanto, única tormenta sin precedentes, con estruendos de la magnitud de una guerra incesante. La noche entristeció, porque la mujer que amé hace tiempo, no pudo más, se rompió, se ahogó en el océano de su desesperación, y nadie estuvo ahí, brindándole consuelo. Venía guardando penas, caminaba arropando culpas, sonreía para ocultar el profundo sufrir de su corazón. Sin saberlo ya estaba muriendo, pues persiguió por largos años, la calma de sus pensamientos, mismos que hasta ahora, lograron derrumbarla.

Gracias a eso, hoy estoy aquí, solamente tratando de exteriorizar mis ganas de ampararla, mis anhelos de rescatarla del infierno que vive a diario, ya que; con toda la honestidad de mis palabras, no soy un avezado defensor, que pueda conseguirlo. Es desgarrador ver como sus fuerzas se agotan conforme los días sucumben, ante el opresor paso del tiempo. Sus amigos y las personas que la quieren, han luchado junto con ella, mientras que yo, he llegado a mitad del camino. ¿Cómo socorrer a un alma que se arrojó a sí misma al precipicio?, ¿De qué manera se ayuda a alguien, que no quiere ser ayudado?, quisiera saberlo, pero no lo sé.
Fui poseedor de su amor por un par de meses, y me convertí en el destinatario de su acerba partida. La conozco, tanto que me da miedo, sin embargo; conocerla no significa tener una solución firmante de paz. Precioso desastre, con espinas clavadas en la espalda, que no la dejan sostener, que no le permiten ser feliz. Grandiosa, intolerante y compulsiva, como sólo ella sabe serlo, amante de las rarezas del mundo, creadora del silencio infinito.

Loca sin sentido, ausente de cordura, deseosa de conocimiento, y toda una aclamadora de justicia. Dulce niña, con selenofilia en grandes niveles, esperanzada de las nubes flotantes en lo alto. Temerosa al amor, a encariñarse demasiado, la filofobia ha corrido siempre por sus venas. Tierna, romántica, dueña de sentimientos puros, aunque siempre dirá que no lo es. La misma que no acepta elogios, que no concibe un simple cumplido, porque explota en cólera de negación. Esclava de la sonrisa mejor vista de la ciudad, ante mis ojos la mejor del planeta. Detallista y minuciosa, la perfección era su alimento favorito, después de la pizza, claro está.
Obsesionada del chocolate, mataría a cualquiera por tenerlo, bueno, sólo es un decir. Celosa de lo suyo, resentida con quien intente reclamar lo que le pertenece por derecho. Expresiva y desconfiada, sin el deseo de confiar, ya la han decepcionado muchas veces.

Debo auxiliarle, "vas a salir de esta y de muchas más", le recordaré millones de ocasiones lo increíble que es, alguna vez le escribí frustrado y enojado, hoy le escribo con la angustia y la tortura de una persona que observa lentamente, como se hace pedazos. Visto desde este lado, no quiero ser un aspirante a héroe, quiero ser aquel capaz de sacarla de su desgracia. Espero me disculpe, por ausentarme tanto, y por haberla dejado sola. Ahora redacto no cegado de egoísmo, sino para intentar salvar, a la hermosa mujer que amé.

-No, no es mío el escrito, pero podría haberlo firmado yo con los ojos cerrados y eso....eso me llena de pena.

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