Esta mañana me he sentido como Lestat, como un vampiro que odia el momento en que sale el primer rayo de sol porque con el se desvanecen y queman todas sus ilusiones.
Esta mañana no tendría que haber amanecido, para quedarme siempre junto a ti, abrazado a tu cuerpo a pesar del calor.
Hoy antes de amanecer he deseado contemplar tu rostro tranquilo y tu cuerpo moreno, de por vida, a la luz de las estrellas y que ningún rayo de ese sol que ahora aborrezco rompiese la magia que aun nos quedaba, que se escapaba a cada movimiento del segundero en nuestro reloj.
Esta mañana he querido apagar el sol, destrozarlo con una piedra, para que dejase de lucir, porque su aparición rompía la magia de nuestra última noche abrazados.
Hoy, de buena mañana he odiado ver clarear el alba, porque con ella venía el fin de lo nuestro, como una ola gigante que arrasaba mi alma al mismo tiempo que la oscuridad retrocedía.
Y luego dicen que la luz es esperanza...mentira.
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