viernes, 13 de abril de 2018

TE GUSTA.

Te despiertas de madrugada para ir al trabajo, enciendes la luz y empiezas a arreglarte.

Miras al tío ese que te observa desnudo desde el otro lado del espejo y ves que ya no eres un chaval...pero que te gusta lo que ves.

Apenas queda un mes para arrancar una hoja más del calendario y ya serán...bufff, ya serán 47.

47 años que han hecho mella en ti, en tu cuerpo, en tu vida, en tu corazón, pero que sobre todo han servido para hacerte crecer, como persona, como hombre y a pesar de esos 47, te gusta lo que ves.

Te gusta que la gente te aprecie, que los que te conocen de verdad te quieran, que los que no te conocen te envidien, que a esos casi 47 tu cuerpo se mantenga en forma, musculado, duro y vascularizado por obra y gracia de la constancia en el gimnasio y la mesa...y te gusta lo que ves.

Te gusta que además de la genética, el cuidarte físicamente y vestir como lo hacen a los que les sacas mínimo quince años hagan que aparentes un buen puñado de años menos de los que marca tu DNI, porque al fin y al cabo, los años son los que marca tu fecha de nacimiento pero tu edad es la que existe en tu mente y tu espíritu; que le den por saco a Pepito Grillo y larga vida a Peter Pan.

Te gusta a ti y le gusta a las mujeres, incluido a mujeres jóvenes, muy jóvenes, guapas, muy guapas y claro está, si les gustas, es obvio que son inteligentes, muy inteligentes y eso, además de gustarte te pega un subido de ego y alegría, poniendo una sonrisa pícara mientras sigues mirándote.

Te gusta que aún quede piel virgen sobre la que seguir dibujando tus vivencias y mentalmente vas ocupando zonas de tu cuerpo con tinta y dibujos que significan algo importante para ti.

Te miras, ves lo que han sido 46 años, Le pegas un vistazo a los 47 que llaman a la puerta y piensas: aún queda mucha guerra por dar, chaval.

Y te gusta.

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