sábado, 7 de abril de 2018

MEREZCO.

Tú mereces, tú mereces… Tú mereces el mundo entero en la palma de tu mano. Mereces que te vean como un universo nuevo y maravilloso. Mereces palabras bonitas, palabras alegres, palabras dulces y acogedoras. Mereces besos llenos de risas, llenos de amor. Mereces noches llenas de largas conversaciones o incluso noches en donde no se escuche ni un suspiro. Mereces ser un hogar, un hogar a donde alguien va después de un día lleno de complicaciones. Mereces, mereces… Mereces tanto, pero recibes tan poco que crees que es tu culpa.

Y está bien, está bien querer tanto a alguien. Está bien que luches, que demuestres, que quieras. Está bien que quieras recibir el cariño que das, y también está bien que al no recibirlo, te sientas mal. Pero no, no está bien que te quedes ahí, esperando a ver si alguien cambia de opinión sobre si quiere tenerte en su vida o no. Porque la verdad, vales tanto como para saber que la persona que te quiere en su vida no lo piensa dos veces.


Vales mucho como para esperar a que  le den las ganas de buscarte. Vales tanto, que si te dieras cuenta de tu valor, quedarías sorprendido con lo poquito que estás recibiendo.


Muchas personas no lo entenderán, no entenderán el dolor de perder a alguien que querías, de perderlo teniéndolo al frente de tus ojos, porque hay gente que se va mucho antes de despedirse.

Pero así es la vida a veces,a veces  tienen que pasar cosas como estas para que te des cuenta de que tú te tienes que dar tu valor, tu lugar. Y créeme que cuando lo hagas, te vas a sentir vivo, verdaderamente vivo.





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