jueves, 26 de abril de 2018

LLEGASTE.

Llegaste a mi vida, por casualidad y sin planearlo, como ocurren todas las cosas bellas.

Llegaste a través de alguien, de rebote y desde la segunda palabra que cruzamos supe que sería algo grande, algo muy, muy bonito.

Llegaste y fue para quedarte, a mi lado aunque nos separen los kilómetros, para sentir tu presencia aunque no nos cojamos de la mano.

Y siempre estás ahí, siempre tengo ese mensaje, esas palabras, esa llamada en el momento justo en el que me planteo rendirme.

Siempre tengo tus ánimos y sobre todo siempre tengo esas palabras que quieren hacerme ver lo mucho que valgo cuando a mi se me olvida, que intentan hacer que me vea a través de tus ojos, tal y como tú me ves y la verdad, si realmente me ves así, debo ser la hostia aunque suela valorarme tan poco y tan a menudo.

Menos mal que estás tú, menos mal que te tengo, menos mal que de una manera u otra, en una posición u otra siempre te tendré en mi vida aunque las cosas no saliesen como nunca estuvieron planeadas, menos mal que me conoces tan bien.

Y menos mal que me quedan tus caricias, tu manera de cogerme las manos y sobre todas las cosas, menos mal que me quedarán siempre esos mágicos abrazos, esos que me transmiten paz solo con recordarlos.

Menos mal que siempre espero estar en tu vida.

Te quiero, ya lo sabes, tanto como tu a mi.

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