martes, 10 de abril de 2018

CUADROS VACIOS, HABITACIONES DESOCUPADAS, PUERTAS CERRADAS.

Y vuelve otra vez ese momento, en el que te toca vaciar cuadros y el corazón.

Descuelgas uno a uno cada recuerdo, cada detalle, cada objeto que por insignificante que parezca, en su dia fue un tesoro.

Los descuelgas y los guardas en la caja de los recuerdos malditos, esos que de momento deben seguir ocultos porque tenerlos cerca, tenerlos a la vista, tenerlos en las manos te quema el interior.

Los guardas y el tiempo dirá si vuelven a las manos de las que algún dia partieron o si quedan ahi, bajo llave en tu vida, ni lejos ni cerca.

Llega el momento, en el que cuando estás solo en tu casa, relajado, disfrutando de cierta paz, no quieres alzar la vista y ver colgadas vivencias que te hicieron feliz hace cierto tiempo pero que ahora se agolpan en tu garganta e impiden respirar.

Y como siempre, una vez más, te dices que ese cuadro permanecerá vacio, que esa habitacion en tu alma, esa que ya habias decorado para quien al final no ha merecido ocuparla seguirá vacía tambien, con la puerta cerrada y esta vez, esta vez si, esperas cumplirlo y no permitir que nadie mas te mueva el suelo.

Vacías cuadros, desocupas habitaciones y cierras puertas.


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