miércoles, 4 de abril de 2018

DE LA PALABRA AL HECHO.

Decimos Te Quiero cuando la sangre nos burbujéa al ver ciertas sonrisas, cuando te pierdes por lunares estratégicamente diseminados sobre pieles que adoramos surfear sobre tablas de versos surgidas de nuestras huellas digitales.

Decimos Te Quiero cuando el calor de unas manos sobre las nuestras enciende nuestro interior y hace arder toda la paja desparramada en otros graneros anteriores, cuando basta imaginar acercarse a quien pone luz a nuestros dias nublados para querer saltar en cada charco que puedas crear tan solo por el placer de quedar manchado de su barro.

Decimos Te Quiero, porque nos nace, porque es como el aire que lucha por salir de nuestros pulmones cuando estamos a 3 metros por debajo del nivel del mar.

Y si, decimos Te Quiero, lo decimos sin tener en cuenta que eso, el Te Quiero mas tarde o mucho menos tarde tendremos que demostrarlo, tendremos que entregar algo de nosotros mismos, sin tener la certeza de volver a recuperarlo y mucho menos que nos paguen intereses de demora.

Lo decimos, porque es facil hacerlo, decirlo, no querer; lo decimos aunque a veces cueste Dios y ayuda dejarlo salir por primera vez, aunque sean dos palabras que te queman dentro por sus ganas por salir pero que te empeñas en mantener cautivas ahi, en ese nudo en la garganta que el miedo nos crea.

Las pronunciamos, esas dos palabras tan dulces y malditas a la vez, las decimos pero cuesta demostrarlo, cuando llega el momento y debemos pasar de las palabras llenas a los hechos vacíos, vacíos de egoismo, vacíos de miedos, vacios de todas esos demonios que nos clavan los pies al suelo y nos invitan a retroceder en nuestra vida, para que no seamos capaces de demostrar que si, que realmente queremos, queremos ser felices agarrados con todas nuestras fuerzas a una mano con la que nuestros dedos juegan cada vez que se deja agarrar.

Cuesta pero hay que hacerlo, da miedo pero vale la pena, vale la alegria, vale las lagrimas tras la risa y hacerlo seca las que surgieron por dolor.

Y llega ese momento, el de dejar de decirlo y tener que demostrarlo, que las palabras se las lleva el viento pero hechos son amores, llega el momento de pasar de la palabra al hecho y tu alrededor se mueve en slow motion mientras tu cabeza gira en una direccion y tu corazón centrifuga en la contraria, llega ese momento y.....

Y...entonces demuestras realmente si quieres o solo buscas ser el foco del amor de otro.

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