lunes, 21 de agosto de 2017

MONTAÑA RUSA.

Su vida era una montaña rusa o mas bien, toda ella era una montaña rusa, una jodidamente adorable montaña rusa.

Y yo les tengo cierto reparo a las montañas rusas de los parques de atracción, así que imagina como me sentia teniendo mi vida en una vagoneta a toda velocidad.

Subiendo.

Bajando.

Haciendo giros bruscos y loopings.

Pero ahí estaba yo, sin quererme bajar.

Cambiaba de opinión cada 5 minutos, pero no sobre el menú de la cena, no, sobre el resto de nuestras vidas, que era lo grave.

Y tan pronto estaba ahí arriba queriendo comerse el mundo a tu lado como caíamos en picado y no quería saber mas de mi.

Subíamos y bajábamos, o mas bien yo subía y bajaba por ella sin saber que iba a pasar en las siguientes horas, de su vida, de mi vida.

Y al final acabas mareado, con la cabeza dando vueltas sin saber muy bien donde estás.

Pero teniendo claro que no quieres bajar, que quieres otro viaje más de dulce tortura.

Y te queda la esperanza de que aunque nunca desaparezca, esa montaña rusa que era toda ella se suavice, que no provoque esos bruscos efectos en la boca del estómago.

Te queda la esperanza no, simplemente sabes que ese momento llegará.

Y tu.preocupacion es intentar no soltar​ la papilla antes de que la vagoneta se pare.

Porque si, porque esa montaña rusa es la que amas, la que quieres con toda tu alma, en la que reside tu futuro, tu felicidad y tu esperanza, tu risa y donde quieres derramar sin freno toda tu ternura.

Aunque a veces acabes muy mareado.

No hay comentarios: