viernes, 11 de agosto de 2017

CEGUERA EMOCIONAL.

El amor no es algo que buscar como un tesoro.

Es algo que te encuentra en cualquier momento.

En cualquier esquina.

En cualquier bar.

En cualquier plato de albóndigas con tomate servido con una sonrisa.

El amor, ese de verdad.

Ese que no has encontrado nunca.

Ese que piensas que no es para ti porque no existe.

O simplemente que te está vetado porque no mereces.

Ese que anhelas...anhelamos.

Si, ese que echas de menos cada día.

Cada segundo.

Cada vez que respiras.

Si, ese en el que te esfuerzas en no creer.

Si, ese, existe.

Quizás lo tengas delante y tus gafas oscuras no te dejan verlo.

Quizás lo tienes al alcance de tu mano y esos guantes con espinas que te calzaste el día de tu última decepción no te dejan acariciarlo.

Quizás ese escudo de guerrera vikinga que llevas, esa armadura de incredulidad que te cubre no dejan que penetre en ti.

Quizás seas tú la que piensa que no estás hecha para amar.

Quizás seas tú la que no se dé opción a ser feliz.

Quizás seas tú la que se niegue a recibir en sus labios besos que curan el alma.

En su piel caricias que no hieren.

En sus oídos versos que no salen del corazón, si no de mas adentro aún.

De ese sagrario donde guardamos lo mas preciado que tenemos.

Eso que solo damos UNA VEZ EN LA VIDA.

Eso que solo tiene una oportunidad.

Eso que los que lucimos una piel quemada y un corazón lleno de cicatrices solo regalamos UNA VEZ EN LA VIDA.

Cartuchos de un solo uso, de última oportunidad.

Quizás no sea el mundo, quizás no sea la vida, quizás no sea la ausencia de amor verdadero.

Quizás sea tu ceguera.

Simplemente tu ceguera emocional.

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