Su pelo cambiaba al mismo ritmo que cambiaba su vida.
Cuando tomaba una decisión importante, cuando pretendía imprimir un cambio importante en su vida lo trasladaba a ese pelo que adoro acariciar.
Largos, cortos, de distintos colores, rizados y lisos, sueltos o con trenzas, hasta seis tipos distintos de peinado le he llegado a conocer y aunque uno en concreto imprime en mí cierta tristeza y desasosiego, con todos ha estado preciosa.
Su pelo cambia, su vida cambia y yo solo pido que sus cambios sean a mejor, a cosas tan bonitas como lo está ella luzca el peinado que luzca
Y he de decir que este último peinado, a pesar de que no soy de pelos cortos ni rubios, le sienta especialmente bien, quizás sea por la sonrisa que lo acompaña cada vez que me mira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario