Y volveré a ser el lobo, ese que caza en solitario aunque tenga el apoyo de la manada, el que corre con las patas desnudas por la nieve y aulla a la luna en las noches de soledad, tratando que baje a mi lado y me regale un poco de su fria luz.
Volveré a ser lobo solitario, que el formar mi propia manada se me escapó una vez más, que nadie aullará conmigo de noche, que no tendré mas cachorros que cuidar ni enseñar a cazar.
Volveré a cazar por el bosque, confiando solo en mis fuerzas, en mis patas veloces tras los ciervos y en la fuerza de mis dientes para abatir al venado.
Seré de nuevo el lobo solitario que siempre habitó en mi y espiaré de lejos otras manadas, desde lo profundo del bosque, escondido entre los gruesos troncos de los arboles, mirando con envidia como otros llevan la vida que se me negó, sabiendo que nunca la podré alcanzar.
Volveré, volvere a ser lobo solitario, a cruzar los rios y montañas, a que sea mi duro pelaje el que me dé calor en las noches, a valerme solo por mi mismo, a correr sólo por la estepa, a ser desconfiado de manos amigas, de trampas ocultas que solo quieren que acabes colgado en una pared, como un trofeo.
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