Tanto tiempo negando el miedo, diciendo que no existía, que el miedo era debil y facil de vencer.
Todos estos meses renegando de él, luchando contra él, dejandome la piel, las horas, la garganta gritando contra él; poniendolo todo, dándolo todo para vencerlo, para demostrar que si le plantas cara el miedo huye.
Tantas letras vertidas, tantas frases escritas, tantos minutos de tarifa gastados, tanto cariño regalado para hacerlo desparecer de otra alma, borrarlo de otro corazón, tantos besos y abrazos ya sean virtuales o de los que dan calor a la piel, tanto pelear contra ese miedo asesino y hoy...hoy tengo miedo.
Mucho, mucho miedo, todo el que se pueda tener a un beso, a un abrazo, a un ''te quiero'' sin saber si es sincero.
Miedo, miedo a dejar que otra piel roce la mía, a mirar demasiado fijamente otros ojos, a que una sonrisa vuelva a poner mi vida del reves, a que sea el arma con el que atracar el banco de mi alma.
Miedo a ser un juguete un poco mas roto, si acaso ello es posible, temor a volver a ser un capricho, un instrumento, algo que usar y no alguien a quien amar con sinceridad.
Miedo a poner en otras manos este corazón que fue cosido con hilo de besos y esperanza para despues volverlo a romper y hacerlo añicos como un espejo en el que no te quieres volver a reflejar para hacerte un selfie.
Miedo a ser un animal de compañia en lugar de una pareja.
Al final el miedo me contagió, se pegó a mi alma y me temo que no voy a poder soltarlo y haber llegado a este punto, al que nunca pensé que llegaría, además, me da mucha pena.
Roto, muerto, vencido, derrotado por este miedo a amar, a amar y no ser amado.
El miedo, el puto miedo...
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