miércoles, 26 de septiembre de 2018

EL ARMA SECRETA

Ella no le tenia miedo a nada, ni al invierno, ni a la noche, ni al tener que sudar para ganarse la vida.

Ella, era de las que no dan un paso atrás, de las que arriesgan, de las que para lograr algo solo han de proponérselo.

Y no le achicaba el dolor, ni el cansancio, las cicatrices que mostraba daban fe de ello.

Todos la miraban con admiración y curiosidad, no se explicaban como una mujer tan delicada fuese tan osada y mirase a los ojos de la vida con tanta fuerza.

Pero lo que nadie sabía es que ella tenía un as en la manga, un secreto que era la clave de todo.

Cuando las piernas le flaqueaban, cuando su fuerza marcaba la reserva y había que llenar el depósito, cuando amanecía sin ganas, solo tenía que extender el brazo y con sus dedos cogerse a la mano de él, quien con una sonrisa y un beso en la frontera entre el hombro y el cuello le decía siempre: tu puedes con todo lo que te propongas, con todo y más.

Y esa era su arma secreta.

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