sábado, 15 de septiembre de 2018

CAPERUCITA MIEDOSA.

No entiendo Caperucita, que siendo una niña/mujer valiente para tantas cosas de la vida, te cueste tanto afrontar otras que en el fondo son más fáciles.

No entiendo como tienes el coraje de internarte cada día en este bosque, a pesar de los peligros que en él se esconden; no entiendo como coges flores en sus claros y corretéas por sus senderos sin importarte los bandidos, los monstruos, los dragones que en él habitan, sin importarte las brujas, las maldiciones, los ogros, ni los gigantes malvados.

No entiendo como puedes reírte de los duendes traviesos y sin embargo tener miedo de mi y de lo que traigo conmigo.

No entiendo el terror que te produce el ser cuidada, el ser amada y poderlo comprobar físicamente cada día en tu piel; el que la sonrisa se instale en tu cara y tu interior para no irse nunca jamás.

No entiendo el pánico que te genera el sentir el calor de un hogar, el tener una mano que agarrar cuando el sendero se pierde entre maleza y te sientes perdida.

No entiendo las dudas ante la opción de tener en tus manos todo eso que dices y escribes has buscado y necesitado toda tu vida; todo eso por lo que cantas, y suspiras a diario.

No entiendo como te puedes enfrentar a mil ejércitos malvados y sin embargo temblar cuando ponen en tus manos el corazón de un lobo tierno que se ha quitado las garras y los colmillos para tocarte y comerte mejor.

No hay comentarios: