martes, 11 de septiembre de 2018

HACE FALTA QUE TE DIGA QUE.

Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo.

Pero no, no quiero tener algo contigo, lo que realmente quiero es tener todo contigo.

Todo

Y cuando digo todo, me refiero a mañanas con tu cuerpo a mi lado al despertar, a preparar desayuno para dos mientras acabas de arreglarte en el baño antes de salir a trabajar.

Me refiero a paseos por el parque al llegar la tarde, a rutas por el asfalto cualquier domingo, a vacaciones en autocaravana, a un regalo bajo la almohada cualquier día no marcado del calendario.

Todo comprende mi mano para agarrarla cuando tropieces, a masajes en los pies, a ropa que huele a recién planchada, a dispararnos con la funda de la pajita del refresco en Burger King.

Cuando digo que no quiero algo y que lo quiero todo, quiero decir que unos billetes de avión y un hotel para un puente sin avisar me parecen genial, que yo cocino y tu haces el baño, que yo no meto "esas cosas" en la lavadora y tu no planchas mis camisas, que yo te abrocho la cremallera del vestido y tu me haces el nudo de la corbata, que yo no me meto con tus escapadas a la pastelería y tu no haces comentarios sobre mis proteínas y mi creatina.

Cuando digo todo, son las tardes de peli, sofá y palomitas, al dejarme derrotar a la Nintendo solo por verte feliz de ganar, al tumbarnos en el césped de cualquier parque tú a leer y yo a escribir, mientras escuchamos a Marwan, a Fredi, a Medrano o a India.

Todo es futuro, amor, pasión, risas, compañía, caricias, hacer las paces, canciones, Navidades, reuniones de colegio, sexo increible con mucho amor, vacaciones, curvas detrás de tu rueda, amor, bailes y saltos, más tinta en la piel, confianza, perdernos por calles de Granada o por calas de Javea, libertad, valor, besos e increíbles abrazos, familia y sobre todo, sobre todo...felicidad.

Todo eres tú.

Todo soy yo.

Todo somos nosotros.

No hay comentarios: