Cuando uno quiere irse de verdad desparece, no deja tras de si un rastro de migas de cocadas y trocitos de mielmesabe que seguir si decide dar la vuelta o para que lo sigan si lo que quiere es ser encontrado sea donde sea, en el bosque profundo, en la otra parte del mundo o en la linea 7 del metro de su ciudad, despistado en un vagón.
Porque hay caminos que siempre quieres desandar, aquellos que te alejan y separan de las personas que quieres, de quienes ponen su ilusión, sus mejores deseos y su instinto de proteccion metidos en una bolsa de negro terciopelo y te lo entregan a escondidas, acariciandote la mano y con un te quiero triste, haciendo que la multitud desaparezca y que quieras parar el mundo para bajarte con ella alli mismo y en ese instante.
Hay caminos al olvido que nunca deberian ser comenzados a andar porque a pesar de los buenos deseos, a pesar de girar constantemente la cabeza para mirar atrás, pueden ser de no retorno si las migas que dejas se las comen los pájaros y así nadie nunca te encontrará, ya sea en el bosque, en la otra parte del mundo o en la linea 7 del metro.
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