sábado, 24 de febrero de 2018

DARSE LA VUELTA Y CORRER.

Y al final y contra todo pronostico, vence el miedo, a pesar de todo, en base a nada, precisamente por ese todo y nada acabas rindiendote.

Con vergüenza incluso.

Haces caso a los consejos, a los amigos, al Pepito Grillo que taladra tus oídos (puto bichejo asqueroso...), te das la vuelta y te marchas.

Das la espalda a la incertidumbre, al riesgo de que te hagan daño una vez mas, a las cosas que no esperas y te golpean la cara de improviso, a añadir cicatrices que nunca acaban de cerrar, al terror a volverte a equivocar, al miedo a que te engañen y te rompan un poco más, lo poco más que queda por romper, que con lo que cuesta reconstruirse al final temes hasta no poder volverlo a hacer.

Pero das tambien la espalda a cosas buenas, a posibles cosas de esas que hacen feliz, a mañanas despertando con una mano que te acaricia y unos labios que te besan, a domingos de café recién hecho antes de salir a disfrutar del dia con una futurible familia, a Navidades cálidas con el amor sentado a tu mesa, a planes de futuro con sabor a pasitos de bebe por el pasillo y olor a talco y papilla, a vacaciones sin importar donde porque  con amor a tu lado cualquier lugar es una aventura,

Das la espalda a todo menos al miedo que esta vez decide por ti, el miedo a que quien te mueve el suelo pueda provocarte un terremoto en el alma que lo deje todo en ruinas.

Das la espalda, haces caso al miedo, te das la vuelta y echas a correr, rápido, lo mas rápido que puedes...maldito cobarde...corres y sabes que eso que ahora mismo moja tus mejillas no es sudor.

No hay comentarios: