jueves, 5 de octubre de 2017

ALAS QUE NO VUELAN.

Ella que era una niña en el cuerpo de una mujer o una mujer con espíritu de niña, sabia volar, pues le salieron no hace mucho alas de hada en esa espalda tostada y suave.

Sabía volar y no lo hacía porque tenia los bolsillos llenos de piedras.

Piedras de su pasado, que habia ido guardando, incapaz de darse cuenta de que lastraban su vuelo.

Tambien cargaba con piedras de su presente, piedras de esas que por cotidianas se habian convertido en demasiado habituales y no dejaban que volase tras de su destino.

Y piedras de su futuro, piedras convertidas en miedos, en dudas, en falta de coraje para dar pasos necesarios camino de la felicidad, piedras que impedian deshacerse de sus otras piedras.

Ella tenia los bolsillos llenos de piedras y esas piedras no la dejaban volar y sobre todo, ocupaban el espacio reservado para guardar su polvo de hadas,

Ese maravilloso polvo que derramaba con su sonrisa, con sus caricias, con esos ojos que eran dos faros capaces de iluminar cualquier noche oscura,

Ese polvo de hadas, mágico y maravilloso polvo de hadas que derramaba sobre mí cada vez que me acariciaba y que aún a dia de hoy, despues de tanto tiempo pasado, brilla alguna mañana sobre mi piel desnuda al despertar, como si ese hada me hubiese visitado durante la noche y me hubiera amado sin despertarme.

Ella, a pesar de tener alas no podia o no sabía volar tras de sus sueños y eso, a pesar de ser un simple duende sin ningun tipo de poder ni magia, me apenaba a mi aun mas que a ella.

No hay comentarios: