miércoles, 10 de enero de 2018

SENCILLA.

Y fue su normalidad, simple y absoluta normalidad,

la franqueza con la que hablaba,

el descaro de su sonrisa,

esa manera que tenia de sonrojarlo con absoluta facilidad,

el limpio, directo y embriagador modo en que lo miraba a los ojos,

esa paz que se acomodaba en su alma cada vez que la tenia cerca,

ese ''si pero no'' con que rompía los muros protectores que él construyó alrededor de su corazón,

esa sencillez que le hacía bajar los puños y con ellos la guardia;

fue todo eso y mas cosas que él no alcanzaba a entender lo que la fue convirtiendo en el refugio personal de su alma magullada, la cabaña donde pasar el invierno al calor de la chimenea hasta que su corazón viese florecer la primavera.

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