Te miro desde.el otro.lado de la pecera en la que nadas, entre loza, hojaldre y mucho azucar.
El largo y negro cabello recogido, en un moño que deja al descubierto tu nuca, en.la que se columpia algun rizo rebelde que escapó a tu habitual recogido.
Te miro y me encantaria quedarme allí todo el dia, viendo a modo de tarjeta de presentación de como eres la manera como sonries, como trabajas, como no se te caen los anillos, como te mueves y las caras que pones al hablar con tus compañeras.
El cristal se retira y entro como cada dia en tu pecera; avanzo unos pasos y te miro, te giras y me miras, simplemente nos miramos y es el pistoletazo de salida a una carrera de sonrisas expontaneas y de miradas que dicen lo que reprimimos en nuestras bocas.
Te miro, me miras, nos miramos y a pesar de que no te quiero, a pesar de que no me quieres, a pesar de que no nos conocemos y apenas sabemos el uno del otro, el salto que da mi corazón, la manera en que se acelera al tenerte frente mío cada dia en este instante, lo convierte en el premio gordo de la loteria que me toca en los dias de trabajo.
A pesar de que no te quiero, a pesar de que no me quieres, a pesar de que nos gustaria conocernos.
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