viernes, 10 de mayo de 2019

MADURAR.

Madurar es darte cuenta que el amor de tu vida no es una princesa ni un  príncipe de un cuento, sino una persona perfectamente imperfecta.

O mejor dicho, imperfectamente perfecta.

Madurar es darse cuenta de que no se puede tener todo en esta vida y que lo que pensamos que nos puede restar, al final de la partida, seguramente nos sume.

Que el apoyo constante no resta si no suma, que el cariño diario, las risas, los planes, los proyectos,, la complicidad, el calor, los amaneceres con un beso, las buenas noches jadeantes, las batallas de almohadas, los sofa/manta/peli/palomitas y un pecho sobre el que disfrutar de todo ello, los días de playa en familia, las navidades con regalos bajo el árbol y comida familiar en casa, el disfrutar de que te cocinen con una copa de vino en la mano, que te digan adiós con beso/abrazo/te quiero y te reciban de la misma forma al llegar a casa por la noche, las mil aventuras todavía por vivir, una mano en tu pecho y un pecho en tu espalda toda la noche y las camisas más blancas y mejor planchada del mundo no están reñidas con la independencia, el espacio propio, los amigos y amigas, la confianza, la diversión, la vida profesional y la libertad, pero que no se puede tener todo esto y además vida de solter@.

Madurar es darse cuenta que la edad te acerca a elegir calidad antes que cantidad, sobre todo en las personas; que hay que seguir bailando aunque la vida te deje a veces sin música.

Madurar es aceptar que si encuentras a una loca no la pierdas, son únicas, ya que aunque sean locas  son personas mágicas que te harán creer en la magia y en las hadas chaladas, a pesar de ser imperfectas.

Que el amor está hecho para aquellas personas que no se cansan de intentarlo y que si un día dejas de correr tal vez conseguirás que todo encaje, que muy pronto logres lo que muchos dijeron que no harías.

Al final, un día maduras y descubres que hay que arriesgarse por todo aquello que te hace feliz y que aunque a veces todo cambia, si se quiere se puede y lo demás son excusas.

Madurar es que tu niña interior viva orgullosa del mujeron que eres y que ser una mujer dinamita no es sinónimo de explotar y hacer volar todo a tu alrededor.

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