No sé que quieres de mi.
Así, sin más, no tengo ni la menor idea.
Me coges cuando me voy, me sueltas cuando me tienes cerca, en un efecto yo-yo que ata un hilo alrededor de mi corazón, que no para de dar vueltas.
Arriba y abajo, cerca y lejos, de tu mano al vacío.
Me quieres y me desquieres, como los niños que van por la calle y no pisan las baldosas blancas y solo las rojas.
Si estoy lejos me llamas a tu lado y si estoy cerca me separas de ti.
Y me hablas de miedos, de dudas, cuando quien debería tener miedo y dudas soy yo,
Cuando soy yo quien duda de mis miedos, de tus miedos, de tus decisiones, de las mías y de las palabras que ambos hemos dejado salir de entre nuestros labios.
Labios que deberían haber dejado de hablar y haberse dedicado a lo que debían hacer, besarnos y sonreirnos mutuamente.
Y aún, después de todo, no se que quieres realmente de mi...ni de ti...ni de nosotros.
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