Hoy te he vuelto a ver, después de mucho tiempo sin hacerlo.
Estabas ahí bajo las luces del neón, a resguardo de la lluvia que mojada toda la ciudad.
Que mojaba también mi coche, desde el que te he visto.
Te he visto y me ha parecido que no ha pasado nada de tiempo y estabas igual.
Igual de guapa y con ese pelo negro igual de largo, recogido en una trenza igual, con tu uniforme igual.
Y me he dado cuenta de que tu vida sigue igual, tu trabajo seguirá igual y los que te rodean seguirán igual.
Y mientras tu sigues igual, mi vida cambia cada cinco minutos, pues cabalgo un torbellino que revuelve mi presente y lo hace dar vueltas sin parar.
Lo único que no sigue igual en tu vida, soy yo.
Eso y que ya no tendrás un caramelo en el plato del café.
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