domingo, 25 de noviembre de 2018

SECO

Seco.

Llega un momento que no sabes por qué, pero te sientes seco.

Y no es que no tengas nada sobre lo que escribir.

No es que tu interior no pugne por ser derramado sobre un papel a modo de válvula de sobrepresión.

No, que va  simplemente es que no tienes el alma para soltarlo.

Te faltan las palabras.

Se agolpan los sentimientos y los pensamientos pero no encuentran una salida.

Y llega ese momento en el que creo que todo escritor empieza a temblar ante la idea de que ya nunca más podrá volver a plasmar su alma en un papel.

Seco, se siente un miedo seco.

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