miércoles, 7 de noviembre de 2018

DEL DICHO AL HECHO.

No te dije que fuese distinto, te dije que era cuanto menos peculiar.

No te dije que fuese a convertirte en la mujer más feliz del mundo, pero te dije que me dejaría la piel, los cuernos y la vida para poder hacerlo posible.

No te dije que tuviese magia, te dije que no utilizaría trucos.

No te dije que te querría como nadie, pero si te dije que te querría como a nadie nunca había amado ni amaría.

No te prometí que el sol brillase todos los días, que la lluvia no te mojase o que el invierno no viniese frio;  te dije que soplaria todas las nubes cuando estas no te dejasen sentir su calor en tu cara, que cubriría tu cuerpo con mi manto de pelo cuando tu caperuza roja ya no pudiese empapar más agua en mitad de la tormenta, que cuando temblases aterida tendrías en mi pecho calor suficiente para hacerte caer la ropa y tumbarte como si fuese agosto en la Playa de Los Muertos.

No prometí que nunca volvieses a llorar, te dije que me pondría una nariz de payaso para que las lágrimas fuesen de risa.

Nunca te dije que estaría junto a ti todo el tiempo, si te dije que jamás volverías a sentirte sola.

Si, te lo dije, te lo dije y lo demostré, que es ahí donde se decide entre el amor y el capricho.

No hay comentarios: