Después de tanto tiempo mirándola y sintiendo que algo no estaba bien cuando al hacerlo el suelo temblaba bajo sus pies.
Después de no saber por qué sentía celos de todas sus parejas.
Después de no encontrarle sentido a que, siendo amigos, ocupase tantas horas en sus pensamientos.
O despues de no saber por qué el mundo se detenía cada vez que se sumergían en uno de esos abrazos suyos y el marcador de su vida se ponía a cero de nuevo cuando la apretaba contra su cuerpo sin querer soltarla.
Quizás fue después, después de todo eso, de beberse su boca a besos y de decirle que la quería.
Con miedo, con mucho miedo.
Fue después de eso cuando descubrió que estaba enamorado de ella, con todo y desde siempre.
Desde siempre, con todo y hasta las trancas.
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