"Pero imagínate, que te digo al oído y muy bajito, vayamos a una esquina, soñemos con París"
Imagínate, que nos hubiésemos encontrado a la entrada de un cine, a la salida de un concierto, tomando un café en cualquier bar.
Imagínate eso y que nuestras vidas fuesen diferentes, que las únicas cicatrices que llevásemos fuesen tatuajes curados, que solo fuésemos dos extraños mirándose a la cara sin nadie más detrás.
Imagínate que esas alas que nos acercaron una tarde de verano no fuesen las mismas que te llevan lejos de aquí; esas mismas que te hacían volar delante mío mientras cruzabamos miradas y nuestras sonrisas perdían la batalla de no lucir alumbrandonos por dentro.
Imagínate que ese café de si o si, no fuese más que el primero de muchos otros y que decidimos al final bailar juntos, sin tangas ni ataduras, sin presiones, sin espías, en un escenario en el que sólo aplaudan nuestros cuerpos chocandose al reír, con miradas indiscretas y caricias sin reprimir.
Imaginate que yo soy yo y tú eres tú...y nada más.
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