sábado, 27 de abril de 2019

QUIZAS LA VIDA NO ES TAN COMPLICADA.

Quizás la vida no se tan complicada y seamos nosotros los complicados, los que la complicamos por aburrimiento y masoquismo.

Quizás la vida, después de todo, sea tan poco complicada como para dejar de buscarle los tres pies al gato, y simplemente sacarle el partido a un buenos días con o sin beso, una mano sincera que se abre para que la cojas y un pecho sobre el que descansar la cabeza al ocaso del dia mientras hacemos balance de cuantas veces hemos sonreído desde que abrimos los ojos de buena mañana.

Quizás dejemos de complicar la vida y a nosotros mismos si en lugar de buscar pegas e inventarnos basura, nos dedicamos a mirar a los ojos a quien tenemos enfrente o al lado y simplemente fluir por las sensaciones que su mirada nos transmite; si permitimos que su voz casi nos ponga de punta todo el vello del cuerpo al acariciar nuestro lóbulo, en lugar de andar elucubrando si esas mismas palabras las deposita en oídos extraños o incluso si en algún momento de su pasado lo hizo también.

Sería mejor y más fácil para alcanzar un poco de felicidad, si dejamos de complicarnos la vida con tanta afición como con la que levantamos muros que nadie cruce, si tendemos puentes en lugar de cerrar puertas, en valorar más aquello que nos une que llevar los bolsillos llenos de hierros y un soplete para fabricar nuestros propios clavos ardiendo que nos separen.

Porque la vida ya es bastante complicada por ella misma y es una puta que nos cobra demasiado caro los pocos besos que nos da, como para que vayamos nosotros poniendo la cama y el condon haciendo que cuando algo bello quiera hacer diana en nuestra alma nos dediquemos a ponernos un chaleco antibalas de amargura y exigencia de un solo sentido.

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