lunes, 1 de abril de 2019

PREMURA.

Tenían de todo menos tiempo que perder, como por ejemplo una premura insistente en saberse el uno al otro por debajo de la piel.

Por eso acabaron bajo las sábanas follandose a base de palabras, de recuerdos, de vivencias, tras haberse desnudado de esos personajes con los que se vestían cada día, dejándose el alma en pelotas.

Y como tras cualquier polvo, acabaron dormidos abrazados.

Ella apretando la mano de él contra su pecho y él sin poder despegar los labios de esa nuca cobriza que era refugio para su boca.

Y tras el sueño, se hicieron el amor con muchas S's, de sudor, saliva y sonrisas infinitas.

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