miércoles, 24 de mayo de 2017

SUSURROS DE AMOR

El la abrazaba por la espalda, piel con piel y sobre el lecho; sus manos acariciaban su pecho y sus labios rozaban su cuello y besaban el lóbulo de su oreja.
Se sentían cerca, muy cerca, tan cerca que podían acompasar el latido de sus corazones, tan al ritmo que parecían ser uno, que solo un corazon bombeaba para los dos.
Ambos estaban cansados después de un día intenso, ella por diversión y el por trabajo, pero al fin, podían estar juntos una vez mas, ya que esos días separados les habían parecido años.
Estaban juntos, abrazados, con los cuerpos quietos pero con los corazones y las cabezas girando a miles de RPM, al mismo nivel que un 4 cilindros japonés instalado en una MotoGP y en un momento dado, ella expresó su temor ante lo que estaban viviendo, sintiendo uno por el otro y el decidió subirse al trampolín mas alto, asomarse al borde del mismo, mirar al vacío, descubrir que esa piscina no era mas que una mancha azul muy al fondo y sin pensarlo mucho, saltó haciendo una gran pirueta mientras caia al vacío y le dijo:
amor, no tengas miedo, yo solo deseo amarte, porque te quiero, cuidarte cada día, hacer que no desaparezca de tu cara esa preciosa sonrisa que tienes, que empieces el dia pensando que tu vida es maravillosa porque ya no es tu vida, ahora es nuestra vida; quiero mimarte, hacerte reír, que no llores si no es de felicidad, que los años pasen y siempre nos amemos como el primer día que descubrimos que lo sentíamos el uno por el otro, que me cojas la mano por la calle, que el pasado quede atrás para siempre y no sea mas que una mancha que no ensucia nuestro presente; solo quiero que estemos siempre juntos, que rompamos la maldición de los dos años, que dentro de mucho tiempo seamos los jubilados mas enamorados del mundo y la envidia de quienes nos conocen y no llegaron siquiera a imaginar algo como lo nuestro.
Tan solo quiero que me quieras como yo a ti, porque prometo defenderte con mi vida, que nadie te haga nada malo, tratarte como la princesa que eres, porque siempre serás demasiado joven como para ser reina; jugar con la niña que vive dentro de ti y morderte, y dejarme morder, y reírnos en la cama mientras jugamos, y pegarte con la almohada mientras me tapo las chichas con la sabana.
Solo quiero cometer locuras juntos, que nunca perdamos ese punto de enajenación que nos haga ser tremendamente divertidos, que la risa nos salga sola al mirarnos; tatuarme tu mano en mi culo y que no sea la única marca tuya que no se pueda borrar en mi.
Solo quiero que seas mia sin ser de mi propiedad, que la libertad que te pertenece te lleve cada día a mi lado y tambien ser yo tuyo, por decisión propia, con la entrega que da el estar enamorado de la persona mas maravillosa del mundo, que te piense y te sienta cerca 24 horas al día, aunque nos separen cientos de kilómetros, porque solo junto a ti he descubierto que se puede amar lo que no se ve, lo que no puedes tocar a diario.
Solo quiero eso, mi vida, amarte sin mas.

Y ella, sin girarse, le dijo que había sido capaz de decírselo sin escribirlo, a lo que el respondió que por supuesto que lo iba a plasmar en tinta electrónica, para que nunca lo olvidase, para que cada día lo leyese y supiera por que el la miraba de esa manera cada mañana y cada noche, por que a el le costaba tanto separarse de ella cada vez que lo hacían.
Y se giró, y lo besó sin pensar en nada mas, con un beso cálido, cálido de esos que dan paz, y tambien húmedo, con la humedad que provoca el intentar comprimir tantos sentimientos entre cuatro labios y dos lenguas.
Y buscaron un lugar íntimo donde desnudarse y amarse, a la luz de velas que no queman; y una vez mas, lo hicieron con pasión y ternura, dejando que sus bocas y sus manos recorriesen cada centímetro de sus pieles tatuadas, entre sudor, gemidos y risas, y acabaron abrazados un largo rato, sin moverse, con sus dos corazones desbocados al mismo ritmo, intentando que la magia que tenían en ese preciso precioso momento no desapareciese.
Se besaron una vez mas, delicadamente, casi rozando sus labios y el le cogio cada moflete con cada una de sus manos y se saltó la prohibición que ella habia impuesto y le dijo ''te quiero, te quiero mucho, mucho mas de lo que había imaginado que haría jamás, mucho mas de lo que me había permitido hacer, te quiero con toda mi alma'' y ella lloró, lloró de verdad mientras sonreía y en un susurro le dijo a el ''yo tambien te quiero y no voy a decírtelo mucho, porque no suelo decirlo, pero te quiero de verdad''; y volvieron a abrazarse y a besarse y a mirarse a los ojos mientras reían de felicidad y el tambien lloró, pero por dentro, pq era un tío duro de esos que no pueden permitirse llorar, un tío malo con una pala.

Después de esto, volvieron al lecho y se durmieron abrazados, como ya lo habían hecho en otras ocasiones, pero ambos sonreían con satisfaccion, aunque el lo hacia por dentro, por falta de practica y porque ya se sabe, es de dominio público, que los hombres malos no sonríen...los hombres malos que tienen una pala.

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