-Recuerda llevarte el desodorante.
+No, quedatelo tú, y así tanto lo uses como lo dejes ahí te acordarás de mi.
Y ahí se quedó el envase de 50ml, a la vista, de manera que cada vez que entraba al cuarto de baño y lo veia, recordaba su presencia detras suyo, a pocos centímetros de su piel, esperando un retorno que jamás se llevó a cabo.
Y pasado ya un tiempo, ahora que la herida ya no sangra a diario y ha empezado a cicatrizar, es hora de pasar esa pagina, de poner esa historia a secar, entre hojas de un libro, como hacíamos de pequeños con las flores, para que nunca se perdiesen del todo, aunque fuesen solo un recuerdo de si mismas.
Es por eso que cada dia utiliza el producto, consumiendo poco a poco los 50ml que acoge el recipiente y una vez este quede vacío, no quedará mas que un tenue recuerdo de lo vivido, una flor seca más entre las hojas de un libro.
Y con el se iran todos los justificados reproches callados, las noches en vela, la falta de apetito, esa sensacion de horfandad en el corazón, de estar al final sin saber que una vez mas es un principio.
Son solo 50ml los que les separan del olvido.
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