MI DESASTRE.

-Es complicado.

+No, no es complicado.

-Si lo es, mi vida es un desastre, yo soy un desastre.

+Si, eres un desastre, pero un  desastre precioso, el desastre más bello y adorable del mundo. Eres el desastre que todo hombre quisiera en su vida, el tipo de desastre con el que te complicarías la vida con los ojos cerrados y sin pensar; la tormenta que pides que haga naufragar tu velero en el mar de la ternura, esa ternura desastrosa que destilas solo con moverte.
Eres un desastre casi de igual magnitud que un terremoto que te mueve el suelo bajo los pies y te hace perder el equilibrio con el único interés de agarrarse a ti con todas las fuerzas que a uno le puedas dejar.
Es un desastre ese genio tuyo que cuando le quitas el bozal y le sueltas la correa, hace que quiera matarte por el simple placer de volverte a resucitar, de hacerte latir el corazón con mis manos y que respires a través de mi boca.

Si, seguramente seas un desastre, pero mataría para que fueses mi desastre, solo mio, exclusivamente para mi, el más bello, adorable, tierno y loco desastre que un hombre pueda desear.