sábado, 12 de mayo de 2018

DALE LA VUELTA A MI MUNDO.

Y el  aso es que la cuestión no es pegar la vuelta al mundo contigo, si no que le des la vuelta a mi mundo.

Que le des la vuelta empezando bien de mañana, que aunque mis desayunos fueran con diamantes, los cambiaría gustoso porque fuesen contigo, con olor a tu café, a mi batido de proteínas, a tu cuerpo recién duchado y a tu pelo todavía húmedo.

Que le des la vuelta a mis mañanas, a mis tardes y a mis noches, a que los mensajes no sean un consuelo si no un preludio de saber que te tengo cada día al alcance de mis manos, de mis ojos, de que mis besos se pierdan por los pliegues ocultos de tu piel.

Venga, dale la vuelta a mi mundo, dásela y haz que mi casa esté llena cuando regrese a ella, que no solo me espere Sacha, que la televisión suene encendida al abrir la puerta, que dentro viva una familia y sea la mía, que sea la nuestra.

Dale la vuelta a mi mundo, como si fuese una tortilla, como si fuese un calcetín mal plegado, dale la vuelta que yo prometo darle la vuelta a tu mundo de la misma manera.

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