domingo, 22 de diciembre de 2024

DICIEMBRE QUE PESA.

Querido diciembre:

Puede que sea el año que más difícil se me hace recibirte. No eres tú, soy yo, que tengo el corazón a pedacitos. Y duele. Duele mucho. Duele pensar en lo que viene. Y no, este año no será igual. Este año no vienes cargado de espíritu navideño, porque este año las cosas han cambiado. Ya nada es lo mismo. Ya no. 

Pero, a pesar de todo: bienvenido, diciembre.

Este año no quiero pedirte mucho, ya no quiero nada, tan solo fuerza para seguir, para continuar. Para poder acabar el año con una pequeña sonrisa. Con pequeña me basta. Te pido un abrazo en el momento justo, y un beso de los que calman. Silencio para cuando no pueda más, y unas sabias palabras cuando las necesite. Te pido que me ayudes a sanar. A que el corazón cada vez esté menos roto. Te pido felicidad, aunque esté un poco escondida. Un puñado de sonrisas, y alguna carcajada, quizá. Te pido lágrimas, pero de las que curan, de las que enseñan, y un empujoncito después para seguir. Te pido paz, tranquilidad. Hace tanta falta… Diciembre, te pido tiempo. Tiempo para volver a ser yo. No el mismo de antes, pero yo de nuevo. Para que el dolor sea menos dolor. Y para que mirar al cielo no duela tanto. 

Por último, te pido alegría. Esperanza. Amor. Y, sobre todo, salud.


ROBADO POR AHÍ.

LOS ABRAZOS DE BENEDETTI.

Decía Mario Benedetti:
Que bien nos vendría un abrazo que nos acomode un poco. Que nos haga ver que no estamos tan solos, 
ni tan locos,
ni tan rotos.

Y si, hay abrazos reparadores, que son calor, refugio, consuelo, paz, que son ese lugar donde quieres acabar cuando el dia termina, ya sea porque dicho dia haya sido un desastre o porque de feliz, quieres compartirlo con alguien que verdaderamente te importa.

Hay gente que disfruta esos abrazos como lo mejor del mundo y hay gente que es "abrazadora profesional" y a estos últimos no podemos perderlos, porque son lo que calma nuestras heridas del alma cuando estamos perdidos, quienes cargan nuestras baterias cuando estamos en "modo ahorro de energia extremo" y nuestra pantalla está a nada de apagarse junto con nuestro sistema operativo.

Los queremos y los necesitamos, hace bien tenerlos cerca, a nuestro lado, o aún mejor tenerlos encima o debajo nuestro.

Pero olvidamos que esos abrazadores profesionales, no son una ONG,  que no van regalando abrazos por la calle sin mirar a quien, que solo abrazan hasta descargar sus propias baterias a quien de verdad les importa y sobre todo olvidamos, que esos que abrazan como nadie, lo hacen de esta manera porque tambien son abrazados, porque tambien lo fueron en su dia y que además, tambien necesitan de esos abrazos.

Y quien dice abrazos dice atencion,
dice reciprocidad,
dice amor,
dice un "te quiero" susurrado al oido o escrito en un mensaje
y dice "mis abrazos cargan tus baterias, pero tu sonrisa y tu cariño cargan las mias"

Y por desgracia esto hay veces, demasiadas veces, que no sucede.

Y queremos sus abrazos solo para emergencias, 
solo cuando nos viene bien, 
solo cuando ese "like" en las redes no nos abraza,
solo cuando ese "like", esa ilusión no se corresponde con lo que creiamos y esos besos virtuales, esas promesas de amor desaparecen y nos hacen sentir solo una diversión, un trofeo o simplemente, no dan la talla.

Es entonces cuando echamos mnao del comodín del abrazo, para que nos haga sentir bien y valorados otra vez.

Entonces queremos echar mano de esos abrazos...y llega un dia que ya no los tenemos, porque hemos abusado de ellos, porque no los hemos valorado justamente, los hemos utilizado y ese es el unico motivo, nosotros mismos y nuestro vacío interior, por el que siempre hemos estado tan locos,
tan rotos y
tan solos,
cuando tuvimos esos abrazos.

Y también es el motivo por el que seguiremos estándolo siempre,
cuando esos abrazos nunca regresen.


jueves, 12 de diciembre de 2024

SUAVE.

Ella tiene el alma suave, de terciopelo.

Me encanta cogerla entre mis manos y hacerla flotar como una pompa de jabón 
y ver como cambia de color su superficie cada vez que le susurro "te quiero".

Ella tiene el alma de algodón de azucar, 
con tacto de oso de peluche,

Amo abrazarla cerca de mi pecho
y besarla,
porque su alma huele a cachorro y es igual de cálida.

Ella tiene el alma suave, 
tierna y esponjosa,
como el abrazo de un niño.

Cuando su alma se acerca a la tuya
y te mira con toda la inocencia brillando en sus ojos,
es cuando tu alma deja de ser tuya
y se queda a vivir junto a la suya.

Le pedí a la vida que me diera la oportunidad de volver a amar, pero qué está vez, el deseo fuera mutuo y no una simple casualidad o más bien, eso que la gente hace con facilidad al llenar espacios que otros dejaron. 
No, no quería eso. 
Yo pedía algo completo y cuando digo completo me refiero a una persona tan rota como yo, pero valiente en pelear por sus sueños, una que no se acobardara al ver y sentir el amor, una que viera mi caos y no le importara ese mar de explosión, porque él sería capaz de ver más allá de la puesta de sol.

Pedí un persona que le diera valor a lo mínimo, para volverlo grande, una que se haya aprendido a amar así mismo, después de haber estado destrozado, uno que se cosió uno a unos sus pedazos, quitando lo inservible para dejar lo sostenible, uno que es capaz de mirarse al espejo y aceptarse tal cual es, trabajando en sí mismo por sus propios cambios, más no para complacer a alguien más y eso para mí es una persona completa, porque no busca salvación, ¡él mismo ya se ha salvado! y lo pedí así, porque ese fue el proceso que yo viví, vivo y mantengo día a día. 

Y aunque soy sincera, pensé que jamás llegaría, pues hoy en día el amor se volvió papel higiénico, se usa y se tira después de untarla de mierda.
Y con todo eso, solo cree en mi mente vanas ilusiones, personajes en mis  letras indecentes sin remitente, suspiraba tanto a solas, que la luna se apiadaba de vez en cuando de mí.

Y cuando dije ya no más, apareciste tú en medio de un mar, a ti te vi en mi oscuridad, algo hizo que te sintiera desde el primer momento y no podría explicar el porqué, pero vi paz al mirarte a ti. Y hoy, doy gracias desde mi corazón, porque todo se cumplió, no era cuando yo quisiera, ¡no!, era en el momento justo en que la vida se decidiera a qué nos viéramos en el camino y bailar en la calle del amor, reconocernos en la avenida del corazón y besarnos la razón, abrazándonos en el semáforo puesto en verde, para darle rienda suelta a un sentimiento que se va nutriendo cada día con amor.

Hoy suspiro porque se cumplió lo imposible, me he vuelto a enamorar del amor, de los detalles, y del corazón. 

Hoy me estoy enamorando lento, muy lento, de mi caballero eterno, que llegó cómo un ladrón de mi soledad, para instalarse en el lugar que jamás pensé ocupar... 
Mi corazón. ❤️



NO, NO ES MIO.

domingo, 24 de noviembre de 2024

ENCIMA TUYO.

Llegaste sin llamar hace mucho,
De golpe.
Rompiendo mis esquemas.
Mis principios.
Y por mantener mis lealtades ahí te quedaste.
Ahi te dejé.
Tras el cristal.
Y fui un niño que mira una bicicleta cara a traves del escaparate.

Y si, yo tambien quería subirme encima tuyo.

Y cuando no te esperaba, llegaste de nuevo a mi vida.
Volviste a romperme los esquemas.
Mis principios.
Aunque ya no debía lealtades.

Y aunque ya no era un niño, ni tú una bicicleta tras el cristal de un escaparate.

Seguía queriendo subirme encima tuyo.


CON LOS OJOS CERRADOS.

Vivimos casi todos con un buen puñado de sentidos.
La vista, el oido, el olfato, el tacto, el gusto...

Tendemos a usarlos todos a la vez, haciendo de cada cosa un torrente se sensaciones.

Tanto, que a veces, de tanto sentir, nos pasan muchas cosas por alto.

De tanto sentir, no disfrutamos con plenitud todo lo que vivimos.

Creo que la culpable de todo es la vista, que no nos deja aislarnos.

Quizás deberíamos aprender a hacer ciertas cosas con los ojos cerrados.

Tal vez, si cuando acariciasemos esa piel que tanto amamos cerrasemos los ojos,
podríamos notar con la yema de nuestros dedos, como se eriza esa piel bajo nuestro tacto.

Como se establece una corriente electrica en el preciso momento en que estamos tocando aun sin tocar 

Y de esa manera, centrándonos solo en sentir a quien siente,
en sentir como se siente, podríamos hacer del dar un placer más grande que el recibir.

A CONTRALUZ.

Descoserse el pecho, despegarse del pasado.

Ver brillar esos ojos cuando te miran,
Ese pecho que sube y baja cuando te siente cerca.

Esa boca que se torna blanca enmarcada en rojo y amanece al sonreírte.

Esos dedos que juegan con los tuyos mientras habláis en el sofá.

Esa risa que brota de dentro de su pecho, sube por su garganta hasta salir por su boca y hacerme el hombre más feliz del mundo.

Todas esas cosas que recordaba de ella y ahí seguían, esperándome para abrir mi pecho como un armario, coger mi corazón entre sus manos y volver a darle cuerda para hacerlo funcionar.

Así, mirando al fondo sin mirarme, mientras yo la veo a contraluz.