jueves, 16 de mayo de 2024

EL CUENTO DE LA PELUQUERÍA.

Se juntaron ellas dos, Caperucita Roja y la Princesa, en la sala de espera de la peluquería y aunque habian oido hablar la una de la otra, nunca habian coincidido.

Y como ocurre en las peluquerias, dos extrañas se ponen a hablar y al minuto parecen amigas de toda la vida.

Se pusieron a hablar de los ultimos cotilleos, como que Blancanieves se habia cansado de tanto enano porque ninguno daba la altura, que Hansel y Grettel habian acabado discutidos por no se que historia de una herencia, que Rapunzel hacía una semana que se habia cortado la trenza porque por lo visto Gothel no la trataba muy bien y prefería estar sola en la torre o que los Tres Cerditos vivían mas tranquilos desde que había una asociación de lobos veganos.

Y como suele pasar, cuando se cansaron de hablar de los demás, empezaron a hablar de ellas mismas y de como las trataba la vida.

La Princesa le comentó a Caperucita que últimamente las cosas no iban bien entre el Príncipe Azul y ella, bueno, la verdad es que nunca habian ido bien del todo, ya que a pesar de la imagen que tenía la gente del Principe, este era un tipo bastante frío con ella y en los momentos de intimidad, parece ser que su "espada" no era todo lo fuerte y afilada que se solia pensar de él.

Le comentó que incluso a veces habia llegado a pensar mal de la amistad que el Príncipe tenía con el Caballero Negro, ya que se supone que ambos eran enemigos pero un par de veces los habia sorprendido en las cuadras con la ropa y el pelo sucios de paja...

Y es por ello, que la Princesa había pensado en cortar su relación y pedirle una cita al dragón, que aunque un poco bruto, se moría de ganas de hacerla arder con su fuego y eso es lo que ella necesitaba ahora, fuego.

Entonces, Caperucita le confesó a la Princesa que a ella le pasaba algo parecido, que a pesar de que todo el mundo se creia que El Cazador era un hombre amable y protector, en realidad solo habia querido de ella quedarse con el dinero y la casa que habia heredado a la muerte de la Abuelita, que realmente era un tipo poco trabajador, bastante irascible cuando bebía, que solia ocurrir demasiado a menudo y que solo era cariñoso con ella cuando estaba sereno y sabia que la habia cagado la noche anterior llegando a casa borracho.

Caperucita le dijo a la Princesa que ahora, después de tanto tiempo, echaba de menos al Lobo, que aunque bastante en secreto, habían tenido una historia de amor tiempo atrás y que a pesar de que cuando habia luna llena era peligroso meterse con él, siempre la habia tratado con mucho cariño y dedicación, siempre le había entregado su corazón sin barreras, la había amado de verdad tanto dentro como fuera de la cama y echaba de menos esos paseos por el bosque cogidos de la mano, esas noches hablando de ellos mientras miraban las estrellas, tumbados en el tejado de la casa de la Abuelita y esos abrazos que solia darle y que hacían que su mundo dejase de girar locamente y la sumergian en un mar de calma.

El Lobo, de quien se suponía que debia escapar porque queria hacerle daño, era con quien mas protegida se habia sentido jamás.

Le contó a la Princesa que durante todo ese tiempo, nunca jamás le había clavado sus colmillos si no que al contrario, habia intentado lamerle todas las heridas que la vida le habia hecho antes de conocerlo.

Y como hacen todas las mujeres de caracter cuando están decididas a cambiar su vida, cuando les llegó el turno, ambas cambiaron radicalmente su pelo.

La Princesa llegaría a casa, se sentaría a hablar seriamente con el Principe Azul y le diria que lo suyo no funcionaba y que lo mejor para que ambos fuesen felices, era que saliese del armario e hiciese público lo suyo con el Caballero Negro, que al fin y al cabo, el negro y el azul hacían buena combinación

Y acto seguido llamaría al Dragón para proponerle una noche de fuego intenso hasta que todo su cuerpo ardiese.

Caperucita Roja, por su parte, ya con las trenzas cortadas y cambiado el color de su pelo, estaba decidida a tirar de casa al Cazador nada mas salir de la peluquería, que ya estaba mas que cansada de su maltrato psicológico y de que ese tipo barbudo se estuviese aprovechando de ella, haciéndola sentir mal cada vez que no estaba de buen humor.

Y acto seguido, mandaría un WhatsApp que diría: querido lobo, hace mucho que no hablamos y me gustaría saber de tu vida, que tomásemos un café y me hicieses reir y sentir tu cariño como solías hacer.

Y cuando iba a darle a la tecla de enviar, añadió: te echo de menos, nunca he dejado de hacerlo desde el mismo dia que cargaste tus cosas y te fuiste por la espesura del bosque, así que ven y devórame, esta vez me voy a dejar.

Moraleja: cuando dos mujeres desconocidas se juntan para cambiarse el pelo, acaban cambiando tambien sus vidas, por mucho que se haya escrito de ellas.

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